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29 de mayo de 2021
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Por qué importa. A días del balotaje presidencial del 6 de junio, la masacre de 16 campesinos, atribuida al clan Quispe Palomino, activo bajo las siglas del Militarizado Partido Comunista del Perú (MPCP) en la cuna cocalera del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), aflige al Perú.
Antes del atentado, tanto las encuestas encargadas por los medios limeños como las privadas que se manejan en Nueva York coincidían en que la remontada de Keiko Fujimori (Fuerza Popular, derecha) había tocado techo, y que Pedro Castillo (Perú Libre, marxista) llegaba a la segunda vuelta con una holgada ventaja de 5 puntos. Ayer, viernes 28, apareció una encuesta de Datum con trabajo de campo los días 25 y 27. Keiko sube de 40.1% a 41.7% en intención de voto, mientras que Castillo desciende de 45.5% a 42.6%. Castillo y Fujimori han condenado la barbarie del VRAEM sin ambages.
Lo más posible es que el MPCP de los Palomino –una escisión de Sendero Luminoso– atentara para perjudicar electoralmente a Castillo. En la escena del crimen se se hallaron panfletos propagandísticos del MPCP rezando: «¡Quien vote a favor de Keiko Fujimori es un traidor, es asesino del VRAEM, es asesino del Perú!». El efecto deseado es justo el contrario: movilizar el voto del miedo, ley y orden a favor de Keiko.
El motor de la masacre es que una victoria de Castillo sería más perjudicial para las tres líneas de negocio de la organización Quispe Palomino: el narcotráfico, la extorsión y el servicio de seguridad a otros operadores del narco. Perú Libre ha pactado indultar al golpista Antauro Humala y elevarlo al alto mando militar –a costa del statu quo conservador–. Todo ello a cambio de que Humala ejerza la presión extraparlamentaria de las armas, a favor del proceso Constituyente a la bolivariana que de vencer intentará Perú Libre, para así burlar a un Congreso antagónico.
Humala pronto tomaría el VRAEM y todos sus «recursos», con su ejercito de reservistas como carne de cañón. Toda la movida estaría orquestada por el siniestro Vladimir Cerrón, formado en La Habana, Secretario General y cabeza pensante de Perú Libre y exgobernador de la región Junín en el VRAEM (2011-2014 y 2019) –etapa de la cual arrastra una sentencia por corrupción–.
Ruido en Lima. Tal y como pretendían los terroristas, la masacre está siendo utilizada en clave electoral para movilizar a propios y desmovilizar a extraños. Las terminales mediáticas limeñas, borrachas de ideología, enmarcan la masacre en el eje antifujimorista-anticomunista, reciclando categorías más bien propias de los años 80 y 90, dificultando cualquier análisis objetivo del equilibrio de poderes real.
Para voceros de la derecha, los verdugos del VRAEM serían los «terrucos» de Sendero Luminoso, indistinguibles de Castillo. «Con la matanza en el VRAEM, Sendero busca amedrentar a la población para que no vote por Keiko. El terrorismo no quiere que Keiko sea gobierno, porque ya una vez fue vencido por mi padre», tuiteó Kenji Fujimori, victimizando a su hermana Keiko.
Por su parte, la izquierda antifujimorista responsabiliza a Keiko de todo. La masacre sería una respuesta «psicosocial» a la reencarnación del autócrata Fujimori en su hija. Lo cierto es que en el VRAEM se registran ataques contra las fuerzas armadas cada tres meses, si bien de menor intensidad. Un día antes de las elecciones de 2016, otro ataque a una patrulla militar dejó diez muertos.
Por último, en el seno del estado, distintos órganos pecan de inconsistencia en su nomenclatura. La recuperación de la denominación de Sendero Luminoso por parte del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas parece interesada. Un abogado progresista pide claridad «Hasta donde llega la información públicamente disponible, [el MPCP] no tiene ya vínculo con Abimael Guzmán o el Sendero Luminoso de los 90...me parece inexacto hablar de Sendero Luminoso como si fuese una continuidad, desde 1980 hasta hoy». La agencia EFE no se salva de la problemática, titulando «Al menos 18 muertos en Perú por atentado terrorista de Sendero Luminoso», en esta era de titulares y poco más.
Señal en el VRAEM. «La versión del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas no considera que, desde por lo menos el 2010, unidades especializadas de la Policía Nacional y de la agencia antidrogas de los EE. UU. (DEA) consideran al grupo armado de Víctor Quispe Palomino ‘José’ sobre todo como una organización narcoterrorista vinculada a las mafias de las drogas nacionales y extranjeras que procesan toneladas de cocaína a lo largo y ancho de la convulsionada región ubicada entre las montañas de Ayacucho, Junín y Cusco», precisan desde OjoPúblico.
Se estima que en el VRAEM se cultiva más de la mitad de la coca que se produce en Perú. Los últimos datos disponibles de la ONU sitúan al país como segundo productor mundial de cocaína tras Colombia y superando a Bolivia, sin perjuicio del consumo tradicional y legal de la hoja. «El cultivo de coca en Perú se desplaza a las fronteras con Brasil y Bolivia...el incremento de consumo y tráfico en países de Mercosur y en Chile ha reconfigurado el mapa de la siembra con fines ilegales», cuenta El País. El auge de la demanda brasileña, la boyante economía de los EE. UU. y los precios comparativamente altos que ofrece el mercado Europeo continúan incentivando la producción de cocaína.
Movidas militares. De vencer Castillo, el equilibrio militar podría cambiar significativamente. Castillo planea indultar y ascender a Antauro Humala, encarcelado tras el levantamiento de 2005 conocido como el Andahuaylazo, el cual traía acoplados un gobierno transicional y una Constituyente. En el 2000, Antauro ya protagonizó el Locumbazo junto a su hermano Ollanta, quien más adelante desarrollaría una presidencia moderada entre 2011 y 2016. (Humala padre –Isaac– es el fundador del etnocacerismo, una suerte de nazismo incaico).
Liberado, Humala aglutinaría, como poco, a los disidentes de la Asociación Plurinacional de Reservistas Tahuantinsuyanos (ASPRET), mandados en la actualidad por Eddy Villarroel Medina, exsoldado de Humala. Según esta nota de El Comercio de 2019, Villaroel en algún momento mantuvo contactos con los Quispe Palomino, si bien acabó «aborrecido» por estos.
Analistas como Steven Levitsky de Harvard han señalado la importancia de los militares, pero podrían no haber incorporado el impacto del indulto a sus modelos: «Castillo sería, creo, más débil que un presidente [Hugo] Chávez, que un presidente [Rafael] Correa o [Evo] Morales. No tiene un partido fuerte, no va a ser muy popular, la economía está muy mal y es muy diferente que Evo y Correa y algo importante, parece que los militares no estarían con él...No va a tener mayoría en el Congreso, no va a tener el apoyo del 70%, 80% como tenía Correa, como tenía Evo y no va a tener a los militares. Sin esos elementos dudo francamente que podrá o que podría concretar un proyecto bolivariano».
Constituyente a la bolivariana. Castillo y Cerrón necesitan el apoyo de los rifles de Humala para llevar a cabo su proyecto político hegemónico. Con la constitución fujimorista de 1993 como camisa de fuerza y el Congreso en contra, deberán empezar por reunir firmas y organizar un referéndum público, que produzca una Asamblea Constituyente. Eso declara el plan de gobierno de Castillo, de cuya portada ha desaparecido el retrato de Cerrón.
Los enfrentamientos entre el Congreso y el Ejecutivo han marcado el último lustro político en Lima. De facto, el peruano es un sistema parlamentario: el cargo del presidente está a disposición de los congresistas mediante la figura constitucional –artículo 113– de la «vacancia por incapacidad moral». Según apunta un analista, el círculo de Castillo valora responder oponiendo el artículo 134 de la Constitución, que permite al Presidente disolver el Congreso y forzar nuevas elecciones parlamentarias, en caso de no contar con la confianza de la cámara en dos ocasiones, como ya hiciera el expresidente Martín Vizcarra en 2019.
El balance. Perú Libre arriesga un golpe de estado de la cúpula militar actual si intenta deponerla en favor del indultado Humala. Entre otros organismos castrenses, la Asociación de Oficiales Generales y Almirantes del Perú (ADOGEN), afincada en el fino Miraflores limeño, es innegociablemente contraria a Castillo.
Ante semejante riesgo, Castillo podría conformarse con la cuota de poder que le otorga la presidencia en su configuración actual. En tal caso, Castillo renunciaría a una Constituyente unilateral y gobernaría a lo Humala.
En perspectiva. «A 200 años de su nacimiento, el Perú sigue siendo un Estado parcial, inacabado. Esta nueva tragedia ha develado ese fracaso en dos aspectos. Primero, en la distancia geográfica e institucional que separa a los peruanos. Tras varias horas de un hecho consumado, la policía y el Ejército diferían en el número de víctimas, y el comandante general de la policía comunicaba a una radioemisora, hacia el mediodía del lunes, que se encontraban en Pichari, a ocho horas del lugar de los hechos. La información, fragmentada e incompleta durante gran parte del lunes, es un reflejo de las deudas en construcción estatal, donde la institución encargada de velar por el orden interno no tiene presencia ahí donde impera un grupo criminal», escribe un columnista desde las páginas de El Comercio.
ALAMÁN
1734 palabras. 9 minutos de lectura. 40 fuentes.
En su pequeño reino de taifas, Nayib Bukele se hace con todo poder, con autogolpes jurídicos —o eso dicen las malas lenguas— al estilo de Ley y Justicia en Varsovia. El presidente evoca al dictador soberano de Carl Schmitt, quien ubicaba la soberanía en quien pudiera decidir sobre el estado de excepción. Es una figura cesarista, con un trasunto peronista, en lo referente a aquel Perón retornado y aclamado en Ezeiza. A Bukele, tribuno de la plebe, ahora le toca reconciliar su poder absoluto dentro de los 21.041 km2 de El Salvador, tradicional satélite de los EE. UU., con su irrelevancia más allá de Centroamérica.
Es noticia. El hecho es que el 1 de mayo la Asamblea Legislativa destituyó a cinco magistrados de la Corte Suprema, también cesando al fiscal general, Raúl Melara, de cuya imparcialidad se empezó a dudar. Todo esto ocurrió al inaugurarse el órgano, recién renovado el 28 de febrero, cuando Nuevas Ideas (NI), partido de Bukele, se hizo con 56 (66,46%) de los 84 escaños existentes, a los cuales debemos sumar ocho parlamentarios aliados, para un total de 64 afines.
Poco protocolo hubo en la tramitación de la destitución. Según cuenta DW, la medida, «que no se encontraba en agenda y no fue discutida por ninguna comisión, fue admitida con dispensa de trámite» por NI y partidos aliados.
A pocos días de la destitución del fiscal y de los jueces, la Asamblea aprobó una ley que concede inmunidad penal a funcionarios, personal médico y particulares vinculados a la gestión de la pandemia. Hay quienes ven en esto un intento de encubrir fechorías cometidas con fondos destinados al alivio de la pandemia. Estas fechorías habrían sido facilitadas, o hecho más provechosas, por el déficit del 10,1% del PIB que ha observado Bukele.
Edictos imperiales. Ante semejantes actos, no han tardado en llover las críticas. En Washington hablan de «serias preocupaciones» y desvían fondos de desarrollo; en el NYT publican artículos titulados «¿Nayib Bukele será el próximo autócrata de América Latina?». Mientras tanto, China, aliada sólo en tiempos recientes, hace caso omiso y se rehúsa a intervenir en los asuntos salvadoreños.
Bukele no se ha tambaleado. Parece no temerle a Washington y ha llegado a expresarse con cierta brusquedad, tuiteando: «Estamos limpiando nuestra casa… y eso no es de su incumbencia».
También ha declarado «irreversible» la destitución de los jueces, manifestando sus sueños de relativa autosuficiencia, necesarios para que El Salvador deje de ser un país «viviendo de regalado». El presidente convocó al cuerpo diplomático, defendiendo en todo momento lo acertado de la disposición parlamentaria. Sólo se ausentó el encargado de negocios estadounidense, Brendan O'Brien, aunque el presidente parece haber ocasionado la ira de los dignatarios, que no esperaban la retransmisión del evento.
Caudillo con turbante. Pero ¿quién es Nayib Bukele Ortez? Es, en primer lugar, de aquellos «turcos» que abundan en Latinoamérica. Semejante conclusión sólo requiere de unos pocos conocimientos onomásticos. Evidentemente cuenta con unos instintos autoritarios, tiene una vena de negociante y alberga cierto compromiso social. Pocos sabrán si es un hombre más profundo, si bien algo críptico, o simplemente un hábil político.
En todo caso, es de abuelos palestinos y cristianos. Su difunto padre extrañamente se convirtió al islam, fundando mezquitas y publicando materiales referentes a su fe; Bukele en casa practica una suerte de ecumenismo abrahámico, si bien el tema de sus convicciones religiosas no termina por esclarecerse.
En política como en religión, se mantiene al margen de los postulados dogmáticos y coherentes: al irrumpir en la política, lo hizo bajo las siglas del FMLN (izquierda), partido hegemónico vinculado a su familia. En aquella época se identificaba plenamente con la izquierda, hasta posteriormente ser repudiado por sus máximos representantes nacionales; hoy podría ser identificado con la derecha política, pero realmente es un político personalista, ambiguo y básicamente carente de programa.
Caudillo milénico. Mientras en Washington gobierna un hombre de 78 años, Bukele es, a sus 39 años, francamente joven, tanto para su país, donde es el mandatario más joven en la historia republicana, como para el mundo. Es un millennial consumado, con casi todas las características del latinoamericano burgués de su generación: domina el inglés y las redes sociales, dependiendo de estas últimas en sus campañas, y algo sabe de relaciones públicas, pues buscó ser entrevistado por el popular youtuber Luisito Comunica.
En ocasiones se descuida otro apunte de sumo interés: Bukele es, por vía paterna, heredero de varias compañías, todas beneficiadas por los cambios estructurales que atravesó la economía salvadoreña. No pertenece a las Catorce Familias, término que hace referencia a la tradicional oligarquía cafetalera, muy afectada por la Guerra Civil y el colapso en el precio del café. De hecho, la fortuna de los Bukele proviene de la importación de productos extranjeros, como las motocicletas Yamaha. Su dinero es relativamente nuevo; sus relaciones con la élite salvadoreña, relativamente frías, muy al pesar de ciertos medios.
Bukele sueña con un El Salvador más seguro, convertido en polo turístico de renombre. Con esta finalidad, ha querido convertir su país en un destino para el surf. Su proyecto emblemático es la Surf City, que comprende las playas de Ahuachapán, Sonsonate, La Libertad, La Paz, San Miguel, Usulután y La Unión. Allí tendrá lugar, empezando hoy 29 de mayo, el Campeonato Mundial de Surf. En palabras de Morena Valdez, ministra de Turismo, el proyecto Surf City es «clave» a la hora de cambiar la imagen del país. «En el pasado, sólo tuvimos guerra e históricamente fue difícil, pero el presidente está cambiando las percepciones de la violencia al surf».
Aclamación. Hay quienes ya anuncian la muerte de la democracia salvadoreña, quejándose de las afrentas al Estado de derecho y a la separación de poderes. Quizá los críticos acierten al resentir la debilitación de los controles y equilibrios, pero una cosa es segura: El Salvador es una democracia; Bukele, el más popular de sus presidentes, con una tasa de aprobación que se acerca a la Beatlemanía.
Las encuestas varían, pero todas coinciden en su altísima popularidad. Hay quien le asigna una tasa de aprobación del 94%, y son pocas las encuestas que bajan del 90%. Si Bukele es dictador, lo es por aclamación popular. Algunos han olvidado que la democracia puede no ser cortés y liberal, sino cesarista y populista.
Y es que el presidente, además de ser un outsider que promete cambios, también se ha ganado el cariño de su pueblo. Ha habido una reducción notoria de la criminalidad, uno de los principales problemas del país y gran responsable de las olas de emigrantes hacia EE. UU. Bukele también ha procurado limitar el otro gran culpable de las olas de emigración: la pobreza. Al estallar la pandemia, concedió una ayuda de 300 dólares a 200.000 salvadoreños, muchos de ellos vendedores ambulantes. El Gobierno incluso puede atribuirse la erradicación de la malaria en todo el territorio nacional. En palabras de Jennifer Vásquez, salvadoreña entrevistada por The Economist, Bukele «ha hecho cosas que ningún presidente había hecho antes. Hemos recibido paquetes de comida, que incluyen atún y arroz, y él les va a enviar computadoras a mis hijos».
Balancing act. Tal es la situación de Nayib Bukele: en su país, está a un paso de la canonización, habiéndose convertido en paladín del pueblo. En Washington, sin embargo, le tratan con reticencia y frialdad. Da igual, siempre queda Pekín.
Las relaciones sino-salvadoreñas parecerían ser el eslabón perdido de toda nota periodística referente a Bukele. En 2018, un año antes de que Bukele asumiera la presidencia, El Salvador reconoció a Pekín, de esta manera traicionando a sus antiquísimos socios taiwaneses. El país así imitaba a la cercana Panamá, que en 2017 hizo lo propio, así como a la República Dominicana.
Mientras que EE. UU. señala como corruptos a políticos allegados a Bukele y la vicepresidenta Kamala Harris critica la citada destitución de jueces, El Salvador y China ratifican acuerdos de inversión y cooperación de 500 millones de dólares (según Bukele). El Salvador también ha conseguido 500.000 vacunas chinas.
Bukele, no obstante, no puede obviar la importancia de EE. UU. En EE. UU. viven 2,3 millones de salvadoreños (en El Salvador hay 6,4 millones). Recurriendo a cifras con algunos años de antigüedad, podemos ver que el valor de las remesas, en su mayoría provenientes de EE. UU., supera el 20% del PIB salvadoreño. Al registrarse este año un increíble repunte en el valor de las remesas destinadas a Centroamérica, es muy probable que terminen representando una porción aun más contundente de la economía. Bien sabrá el presidente que el Gobierno estadounidense no recurrirá a medidas excepcionales en su contra. No podrá esperar favores, que previsiblemente irán a Guatemala, pero Washington se limitará a retirarle algunas ayudas y desviarlas a algunas ONG. Bukele tampoco podrá descuidarse: la dolarización de la economía salvadoreña le impone unos duros límites presupuestarios; ante el elevado gasto de la pandemia, tendrá que recurrir al FMI, donde EE. UU. puede, a causa de su elevado número de votos, vetar cualquier disposición.
En el retrovisor. No nos encontramos en la época de Reagan. No existe la posibilidad de una intervención al estilo de Granada en 1983 o Panamá en 1989; EE. UU. no ha intervenido ni en la Venezuela de Maduro. Qué diferente es hoy el Destino Manifiesto —soso, moralista, democrático— del otrora practicado. Tampoco es la época de William Walker, el filibustero que detentó por casi un año la presidencia de Nicaragua, conduciendo a los centroamericanos a unirse para vencerlo, mientras que en EE. UU. lo vitoreaban, dedicándole poemas y obras de teatro. Pero Walker, de quien dijo el poeta Darío que era «culto y valiente», si bien tirano, fue un espécimen raro. De su época queda una sola cosa: la neutralidad e indiferencia oficial de Washington, aun teniendo sus simpatías.
Espejos regionales. Lo cierto es que los países pequeños, sobre todo los latinoamericanos, hoy tienen más libertad y mecanismos de defensa que nunca: EE. UU. se rehúsa a violentar la soberanía como solía, y China considera la no intervención y no interferencia uno de los principios básicos de su política exterior, centrada alrededor de los negocios y de las relaciones simbióticas. En el caso de Bukele, tiene motivos para estar contento. Es popular y carismático, adorado por su pueblo. Conforme se reponga la economía estadounidense, verá montos de remesas más y más grandes. Tendrá que entenderse con Washington, pero le quedará Pekín en los momentos angustiosos. Sólo le falta limar asperezas.
Más a fondo:
El Faro: El clan Bukele que gobierna con Nayib
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1204 palabras. 6 minutos de lectura. 19 fuentes.
De puertas para afuera, Latinoamérica es la clase media del mundo. El Banco Mundial categoriza la gran mayoría de estados regionales como de «ingreso medio» y «medio-alto» según su Renta Nacional Bruta (RNB), una horquilla que para 2021 va desde los $4.046 y $12.535 de ingresos per cápita.
De puertas para adentro, Latam es una región notoriamente desigual. La visión del presidente de los EE. UU. Joe Biden de un hemisferio «de clase media, de Canadá a Chile», continúa siendo una aspiración.
Chile es excepcional en este sentido. Entre las grandes economías regionales, solo Chile ha superado la llamada trampa de la renta media, para colocarse entre los países de renta alta (junto con Uruguay y Panamá).
Sobre el papel, las estadísticas no dejan lugar a dudas: Chile ha sido el país más estable de la región, con la mejor calificación crediticia, crecimiento firme, inversión extranjera robusta, renta per cápita creciente, pobreza menguante y una clase media expansiva. A lo sumo, el país ha sido un ejemplo para desarrollistas dentro y fuera de Latam. Incluso durante la pandemia, la cual ha asolado el continente, el país andino ha destacado por su veloz programa de vacunación.
Sobre el terreno, Chile está inmerso en un proceso constituyente que no es sino una enmienda radical a la totalidad de su modelo político, económico y social.
El clima de opinión insiste nuevamente en la desigualdad como causa fundamental del «estallido social» chileno de finales de 2019, desembocado en la recién electa Convención Constitucional (cabe recordar que la participación en las elecciones a la Constituyente fue del 43%).
Sus 155 miembros responderán durante el próximo año a una supuesta desigualdad rampante. Izquierdistas sistémicos, izquierdistas independientes antiestablishment, y representantes indígenas controlarán el 70% de los asientos de la Convención, y trazarán un futuro más igualitario para Chile, en detrimento de la Concertación y las coaliciones amplias que han dominado la política chilena tras la dictadura pinochetista. Al menos, esta es la narrativa dominante.
A la vez, a 6 meses de las elecciones presidenciales, Daniel Jadue (Partido Comunista) lidera las encuestas.
¿Qué tan desigual es Chile? A continuación, citamos la columna de opinión que Bloomberg dedica periódicamente a Latam, y de paso nos permitimos encorchetar algunas observaciones.
«Si el 2/3 de los hogares chilenos habían ascendido a la clase media hasta el año pasado, la mayoría se habrían estancado justo por encima de la línea de la pobreza [Brasil, hoy relativamente estable políticamente, tendría una clase media proporcionalmente más pequeña, de entre el 45% y el 65%]. Muchos son relegados a la economía informal, donde trabaja 1/3 de la fuerza laboral [la cifra en México, más pobre y más estable, es del 56.6%], o a contratos inestables que emplean al 40% [EE. UU. tiene «contratos inestables» y apenas se aleja del pleno empleo], ambos golpeados por la pandemia [recordemos que el «estallido social» precede la pandemia]. Al paso glacial de la movilidad social chilena, las familias pobres necesitarían 6 generaciones para alcanzar al asalariado medio, calculó la OCDE en febrero [las mismas que Francia, Alemania y Argentina; 2 menos que en Brasil y la mitad que en Colombia, según el estudio al que alude pero no enlaza el columnista]. Se estima que la emergencia de salud ha arrastrado a 2m de chilenos de clase media de vuelta a la pobreza y ha dejado a 1m incapaz de adquirir necesidades básicas, reporta el Banco Mundial [de nuevo, el proceso chileno antecede a la pandemia ].
Los datos no respaldan el relato de que Chile –el país más clasemediero de la región– sea singularmente desigual, y que sea esta la genuina causa que inspire a su vanguardia política.
Entre los grandes, México y Brasil son más desiguales que Chile, y no hay en ellos procesos políticos semejantes en marcha. No existen datos, pero quien haya visitado Cuba intuirá rápidamente que es el país más desigual de la región, partido en dos entre los militares y su GAESA y el resto, sin noticias de la clase media. Venezuela ha perdido 3/4 de su PIB desde 2013, y a unos 6m de ciudadanos hoy en el exilio –la mayoría, sobre todo en un principio, de clase media y acomodada– y la satrapía de Maduro está más enrocada que nunca en el poder.
La desigualdad en Latam es tan innegable como indeseable en su versión extrema. Según la ONU, el índice de Gini –empleado para medir la desigualdad definida como desigualdad de ingresos– la desigualdad regional podría aumentar entre el 1,1% y el 7,8% con la pandemia.
Ahora bien, no es esta la cuestión que nos ocupa centralmente. Por precisar: no parece existir una relación causal entre la desigualdad y la revolución light que es la Constituyente chilena. Necesitamos otras variables que expliquen el «estallido social», o como mínimo una teoría más sofisticada de la desigualdad. Entretanto, una coalición de jóvenes emprendedores políticos se ha envuelto en la bandera del combate a la desigualdad y está a punto de hacer borrón y cuenta nueva con el modelo de la nación más próspera de la región, llegada hasta donde está sin atajos.
Tocqueville. Con algo humor y una pizca de amargura, un profesor estadounidense se lamentaba de que La democracia en América, el libro más importante al respecto, lo hubiera escrito un francés y no un americano. Concretamente, Alexis de Tocqueville (1805-1859). Las observaciones sociológicas de sus viajes americanos podrían ayudarnos a entender el clima que se respira en Santiago en los últimos tiempos. Entre ellas, su «paradoja» de la igualdad:
«El odio que los hombres conciben por los privilegios, se aumenta a medida que éstos se hacen más raros y menos grandes, de modo que se diría que las pasiones democráticas se encienden más, cuando encuentran menos aliento...Por grande que sea la desigualdad, jamás se hace notar cuando todas las condiciones son desiguales, mientras que la más pequeña disparidad choca en el seno de la uniformidad general, y su vista es más insoportable a medida que la uniformidad es más completa. Es, pues, natural, que el amor a la igualdad crezca con la igualdad misma; satisfaciéndola se desarrolla».
Una formulación moderna. El profesor Peter Turchin ha propuesto la teoría de la «sobreproducción de élites», fenómeno que resulta de cualquier expansión de la prosperidad material, y que históricamente antecede a toda revolución.
Turchin pone el ejemplo de la sobreoferta de abogados en EE. UU. «Desde mediados de los 70 a 2011, según el American Bar Association, el número de abogados se triplicó hasta los 1,2m desde los 400.000. Mientras tanto, la población apenas creció un 45%. Se estima que el doble de abogados pasa el bar exam que vacantes existen. En otras palabras, las escuelas de derecho de EE. UU. producen un "excedente" de 25.000 abogados al año, muchos de los cuales están endeudados. Muchos de ellos acuden a la escuela de derecho con la intención de entrar a la política algún día».
La revolución no se hace, folclóricamente, de abajo a arriba, sino que contraélites sin salida –resentidas al no tocar poder– sacuden el avispero.
Espejos regionales. El riesgo del efecto contagio es real. Véase Colombia. Tanto Chile como Colombia son países relativamente prósperos, ambos miembros de la OCDE y de la Alianza del Pacífico.
Revista de prensa
HEMISFERIO
Reuters: Microsoft y Mastercard suscriben estrategia de Kamala Harris para Centroamérica | «Los compromisos de las empresas incluyen el acuerdo de Microsoft de ampliar el acceso a Internet a hasta 3 millones de personas en la región para julio de 2022 y los planes de Nespresso de empezar a comprar parte de su café en El Salvador y Honduras, con una inversión regional mínima de 150 millones de dólares para 2025, según un funcionario de la Casa Blanca. Chobani ha acordado llevar su programa de incubadoras para emprendedores locales a Guatemala, mientras que Mastercard tendrá como objetivo incorporar al sistema financiero a 5 millones de personas en la región que actualmente carecen de servicios bancarios y dar acceso a la banca electrónica a un millón de micro y pequeñas empresas, dijo el funcionario»
NORTEAMÉRICA
El País: La revista ‘The Economist’ señala a López Obrador como un “peligro para la democracia” | «El editorial de The Economist va un paso más allá de las críticas al presidente: pide no votar por su partido en las próximas elecciones del 6 de junio. “El desprecio del presidente por las reglas democráticas es una de las razones por las que las elecciones del 6 de junio son importantes. No está en la boleta; su único mandato de seis años expira en 2024. Pero la legislatura nacional está en juego, al igual que 15 de las 32 gubernaturas, la mayoría de las asambleas estatales y miles de puestos locales. Los votantes tienen la oportunidad de frenar a su presidente rechazando a su partido, Morena”»
AMLO ¿revolución o asimilación? [Hilo relacionado]
Reuters: Estatal mexicana Pemex compra 50% restante en refinería Deer Park a socia Shell | «Pemex acordó comprar a Royal Dutch Shell el 50% que tiene en la refinería Deer Park en Houston en una operación de unos 600 millones de dólares, justo cuando la angloholandesa está reduciendo su negocio de refinación mientras México busca expandirlo para recortar importaciones de combustibles. Cuando la operación se concluya en el último trimestre del 2021, unas vez obtenidas las aprobaciones regulatorias en Estados Unidos, Pemex se convertirá en la dueña del 100% de la instalación, que procesa hasta 340,000 barriles por día»
GRAN CARIBE
EFE: El Gobierno de Biden amplía el amparo migratorio temporal para los haitianos | «El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, amplió este sábado por 18 meses el amparo migratorio Estatus de Protección Temporal (TPS) para los haitianos, en una decisión con la que se evita la deportación de más de 100.000 personas de ese país. El secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Alejandro Mayorkas subrayó que Haití "actualmente experimenta graves problemas de seguridad, agitación social, un aumento de los abusos de derechos humanos, una pobreza rampante y una falta de recursos básicos, que se han exacerbado por la pandemia de covid-19"»
France24: Costa Rica, el cuarto país latinoamericano en ingresar a la OCDE | «El país centroamericano formalizó este martes su adhesión a la OCDE, que ahora tiene 38 miembros, de los cuales cuatro están en América Latina: México, Chile y Colombia, además de Costa Rica. Brasil, Argentina y Perú son candidatos de adhesión»
ANDES
Reuters: Conservador Lasso asume presidencia de Ecuador con promesa de abordar crisis económica | «Pero Lasso tiene pocos caminos claros para estimular el crecimiento económico dadas las estrechas finanzas estatales y un Legislativo liderado por el partido indígena Pachakutik que a menudo se ha opuesto al desarrollo de la minería y el petróleo, sectores clave que proporcionan gran parte de los ingresos por exportaciones al pequeño país andino»
El País: Arrestado en EE UU el ‘número dos’ de la expresidenta de Bolivia, Jeanine Áñez | «El exministro de Gobierno (Interior) Arturo Murillo, fue arrestado en Miami junto con su jefe de Gabinete y tres empresarios estadounidenses. Todos están acusados de armar un esquema de sobornos y lavado de dinero para aprovecharse de una importación de gases lacrimógenos realizada por el país sudamericano...Según el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, Murillo, su jefe de Gabinete y un funcionario del Ministerio de Defensa de Bolivia no identificado recibieron 602.000 dólares en coimas de parte de los tres estadounidenses detenidos. Estos son propietarios de Bravo Tactical Solutions, una compañía con sede en Florida que actuó de intermediaria entre el Estado boliviano y la proveedora brasileña Cóndor para la compra, por parte de Bolivia, de gases lacrimógenos y otro equipamiento no letal por un valor de aproximadamente $5,6m»
BRASIL
LPO: Lula piensa en un empresario como vice y se acerca a los evangélicos | «Lula se mueve como candidato. Tras la confirmación de su postulación para las elecciones presidenciales de octubre de 2022, el líder del PT recorre fábricas y trabajar para sumar voluntades por izquierda y por el centro para construir un amplio frente que pueda vencer a Bolsonaro en segunda vuelta o, como sueñan algunos de los consultores que trabajan para el ex presidente, lograr la victoria en primer turno. La foto con Fernando Henrique Cardoso tuvo una alta carga simbólica y aunque no se trate de un apoyo del PSDB, confían en que son gestos que ayudan a sumar indecisos. En ese marco, hay dos sectores que Lula quiere sumar: empresarios y evangélicos. En el último caso, la relación entre la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD) y el gobierno de Jair Bolsonaro está al borde la ruptura y puede producir un acercamiento que hace un tiempos era impensado. El origen de la discordia está relacionada con el proyecto del líder de la IURD, Edir Macedo, en Angola y la falta de apoyo del gobierno de Bolsonaro al magnate que fue determinante para su victoria en 2018»
CONO SUR
El País: Chile analiza la vuelta al voto obligatorio para combatir la abstención electoral | «Las placas tectónicas de la política chilena siguen en movimiento luego de las elecciones del pasado 15 y 16 de mayo, cuando las fuerzas que lideraron la transición cayeron derrotadas frente a la izquierda y los independientes. Este miércoles, la Cámara de Diputados aprobó en general reponer la obligatoriedad del voto y revertir años de baja participación: en la última elección solo acudió a las urnas el 43,41% de los chilenos. Con 107 votos a favor, 16 votos en contra –todos de la coalición oficialista– y 23 abstenciones, la iniciativa será estudiada por la comisión de Gobierno, de la misma Cámara, para luego seguir su curso legislativo en el Senado»
Latam en datos. El fondo de capital riesgo Kaszek, liderado por Hernán Kazah y Nicolás Szekasy, ha levantado $1.000m distribuidos en dos fondos para continuar invirtiendo en el ecosistema emprendedor de Latinoamérica.
Semana americana
El próximo domingo 6 de junio se eligen en México; la legislatura nacional, 15 de las 32 gubernaturas, la mayoría de las asambleas estatales y miles de puestos locales.
El mismo día se da la segunda vuelta de las presidenciales peruanas.
El lunes 7 de junio la vicepresidenta de EE. UU. Kamala Harris comienza su gira por Guatemala y México.
En el horizonte, el 27 de junio, el gobierno del presidente haitiano Jovenel Moïse pretende organizar un referéndum para aprobar una nueva Constitución.
Felipe Galvis – Head of Growth & Operations @ R2 Capital
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