El Americanista es un boletín de asuntos latinoamericanos.

Editamos un boletín semanal independiente, en lengua propia y en abierto. Agregamos fuentes, sintetizamos y analizamos la política y la economía regional, con un enfoque realista. Queremos hacer la realidad latinoamericana inteligible a partir de un único espacio. Nos mueve la pasión por entender los destinos de América Latina.

Desde dónde nos leen.

Total de sesiones en El Americanista según datos de Google Analytics a 1 de octubre de 2021.

Nuestra razón de ser.

Según el maestro Niedergang, no existe una sino 20 Américas Latinas.

Latam es un espacio vasto y heterogéneo. Resulta ardua tarea seguir y comprender la realidad regional. No obstante, no cabe duda de la unidad de Latinoamérica, de su razón histórica y de su lógica interna. Creemos que la región es inteligible en su conjunto. Para ello editamos un boletín independiente desde el cual comprender las claves políticas y económicas de América Latina.

Nacimos a partir de nuestra propia necesidad de acompañar los asuntos latinoamericanos desde un único canal. Echábamos en falta una herramienta que agregara fuentes, ofreciera análisis independiente y realista, y que lo hiciera en nuestra lengua y gratuitamente. Así que la construimos.

Apuntes metodológicos.

Nuestro método es la cratología, del griego Cratos («poder, fuerza, dominio») y Logos («palabra, razón, plan»). 

El concepto fundamental en la política es el poder, en el mismo sentido en que la Energía es el concepto fundamental de la física. El poder es la capacidad de controlar o influir sobre los acontecimientos y las personas, en sus actos y pensamientos.

Si bien el poder varía en sus fuentes de legitimidad, formas, estructuras y tecnologías, la lógica de los que aspiran a ejercerlo es una por los siglos: conseguirlo y mantenerlo. Cualquier sociedad tiene en su cúspide una élite directora, así como élites alternativas que pugnan por acceder al poder. Poderosos y podidos, gobernantes y gobernados: esta es la división social fundamental, por el mero hecho de que alguien tiene que decidir.

El poder se ejerce dentro de un espacio concreto. La geopolítica afirma que la categoría más importante de la vida social y las relaciones políticas es el espacio. 

A partir de estos supuestos, estudiamos América Latina a través del prisma del poder y la geografía. 

Nuestra historia.

Nuestro origen remoto son los años de Juan Bosco en la escuela Stern de la New York University. Ahí, como prólogo a las reuniones semanales de la Latin American Business Association, informaba de la coyuntura regional a sus colegas. Mientras tanto, construía un modelo de teoría de juegos de la crisis venezolana tutelado por el profesor Bruce Bueno de Mesquita, y era becario de la sección latinoamericana del Council on Foreign Relations. Recién licenciado, Juan Bosco se sumó a la oficina de la presidencia de la Americas Society/Council of the Americas. Allí preparó incontables revistas de prensa, discursos e informes. Ahora, El Americanista pretende ser el jefe de gabinete particular de todo aquel interesado en la realidad socioeconómica latinoamericana, independientemente de la actividad que desarrolle.

El boletín es el centro de El Americanista.

Asistimos a una hiperinflación de newsletters, somos conscientes. Los medios generalistas han visto en ellas una fuente auxiliar de ingresos y de tráfico hacia sus portales. Portales que, a medida que el sector muda su modelo de negocio, se encierran tras muros de pago.

En cambio para nosotros el boletín es el principio y el fin de nuestro medio. Y es que en realidad, los boletines son tan viejos como Windows 95. Pensamos que el correo electrónico puede ser una conexión perdurable con nuestros lectores, desintermediada de redes sociales, censuras, y efímeros algoritmos.

Siendo consumidores de newsletters, disfrutamos de la ritualización que trae consigo este formato. Aspirar a aterrizar directamente en la bandeja de entrada de nuestros lectores —ese último reducto de privacidad digital que todos defendemos con uñas y dientes— nos inspira respeto, a la vez que nos motiva a editar contenidos excelentes.

Considerando lo particular del ciclo de noticias regional, creemos que la cadencia semanal es la ideal. Durante una semana podemos abordar la media docena de hechos más relevantes en América Latina, tomando suficiente distancia, agregando suficientes fuentes, y analizando con suficiente profundidad. 

Calibramos nuestro grado de detalle hasta ofrecer más contexto que un tuit pero más concisión que un artículo convencional en cada hilo del boletín.

Creemos firmemente en nuestro formato. Hay espacio para un boletín independiente, en lengua propia, en abierto y sin paywall, que agregue una pluralidad de fuentes en un único espacio desde el cual dar seguimiento al contexto latinoamericano.

«Senator, we run ads». Pero en nuestro caso, solo y por siempre ads.

Ante la proliferación de paywalls en el ecosistema de los medios y la llamada «fatiga de suscripción», decidimos lanzar El Americanista gratuitamente y en abierto. Para financiar cada boletín, vendemos espacio publicitario directamente, a la vieja usanza. 

Nuestro modelo de negocio es muy simple. Cada boletín tiene su patrocinador, que figura debajo de la fecha. También cuenta con un espacio en el cuerpo del texto, siempre claramente distinguido del contenido editorial. Nunca comercializamos más que estos dos espacios. Como consumidores voraces de medios, detestamos las fórmulas publicitarias invasivas. No querríamos algo distinto para nuestros lectores. Procuramos conectar a nuestros lectores con empresas relevantes y comprometidas con América Latina, y viceversa.  

No nos escondemos: somos americanistas, pero también empresarios de los medios. Estudiamos el sector con el mismo tesón y pasión con la que abordamos la región. Nos fascinan las publicaciones bien editadas, gestionadas y capitalizadas, de cualquier ámbito y sin importar su signo. Solo estas pueden servir a sus lectores a largo plazo. Creemos que una pluralidad de medios pujantes son una condición para una sociedad libre.

Nosotros, americanistas.

Juan Bosco R. es el editor de El Americanista.

David da Silva está detrás de la UX/UI y el desarrollo de elamericanista.com.

David Sánchez es el director financiero de Hispaniola, la editora de El Americanista.

¿Le gustaría colaborar con nosotros? Puede contactarnos vía contacto@elamericanista.com.

Apreciamos sus preguntas, sugerencias y comentarios. 

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