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SEBASTIÁN GENNARI | MIAMI

I. Tema de la semana. La isla redimida: República Dominicana

1005 palabras. 5 minutos de lectura. 14 fuentes.

Es noticia. Esta semana empezó en Madrid la Feria Internacional de Turismo (Fitur), evento culmen de la industria turística latinoamericana. Buscando enfatizar el retorno a la normalidad, se ha apostado por la vieja estética Deloitte-Zarzuela: la apertura ha contado con la presencia de los Reyes, así como de representantes de 107 países y 6.933 empresas. Debemos destacar, con evidente sesgo, la asistencia de 17 países latinoamericanos —seis más que en la telemática edición 2021— y de EEUU.

  • Recuperada la presencialidad, elemento sine qua non para un evento que depende de sus pabellones y espectadores —además de reuniones privadas entre gobiernos e inversores—, los partícipes lucen optimistas. Bien saben que la recuperación total no llegará hasta 2023, pero presagian un 2022 exitoso, sobre todo cuando se disipen los temores a causa de la variante ómicron.

  • Es posible que pequen de ingenuos: la Organización Mundial del Turismo (OMT), también asentada en Madrid, ve poco halagüeñas las cifras de 2021, posponiendo hasta 2024 el total restablecimiento del sector. En cuanto a volumen de turistas, la Europa mediterránea sólo ha recuperado un 54%; Centroamérica, 56%, y el Caribe, 37%. Podría decirse, eso sí, que los turistas pospandemia son de mejor calidad: son más largas y costosas sus estancias.

Lo tiene todo. La excepción es República Dominicana, socio invitado de esta edición de Fitur. Al presidente Abinader, anteriormente empresario hotelero, le satisfará el protagonismo, pero este no será el único galardón: llegó a Barajas el lunes y anticipa reunirse con el Rey, Pedro Sánchez y José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid; ser agasajado por la diáspora dominicana, y cenar en el Wanda Metropolitano, cortesía del Atlético de Madrid y la OMT.

  • Lejos del fatalismo de la OMT —y del optimismo infundado del resto de Fitur—, República Dominicana se ha recuperado casi por completo, si bien pudiera tambalearse por la variante ómicron. En 2021 arribaron 4,97M de turistas, es decir, un 77,05% de los 6,44M de 2019; pero el país se repuso en el último trimestre, recibiendo 728K de turistas en diciembre, la cifra más alta jamás registrada.

  • La nueva consigna de Santo Domingo es recuperar el turismo europeo, para el cual tiene en Madrid su hub perfecto, de ahí la insistencia de Jacqueline Mora, viceministra de Turismo, en que «las relaciones con España son obligatorias». En efecto, ambos países han concluído un acuerdo de transportes aéreos cuyo propósito es amparar los vuelos entre República Dominicana y terceros países, utilizando la Península como enlace.

  • El Gobierno dominicano pretende acrecentar la ocupación hotelera, pasando del 60% actual al 80%, y diversificar su oferta turística, alejándose del modelo todo incluido. Apelando a un turista más joven y urbano, el Estado está «revitalizando» la Ciudad Colonial de Santo Domingo, mientras que en Miches (costa atlántica) busca desarrollar el ecoturismo. En Fitur ha declarado que ofrecerá $250M en préstamos a inversores.

La clave. No es secreto que el país pasa por un buen momento, al menos en términos relativos. Dejando a un lado nuestro enfoque turístico, la economía creció más de un 10% en 2021 y se benefició de un influjo de $10.403M en remesas; el Presupuesto General del Estado incluso se quedó corto en su proyección de ingresos, de manera que el déficit pudo reducirse al 2,7% del PIB, a pesar de haber destinado el 4% del PIB a estímulos por la pandemia.

  • Existe un amplio consenso proturismo. Como señalaba a El País el ministro David Collado, el turismo, lejos de ser un «lujo», es la «principal lanza» de la economía dominicana. En 2019, por ejemplo, las divisas turísticas ascendieron a $7,47M (8,4% del PIB); en 2021 prometen al menos $5.000M. Salvo un renacimiento de las manufacturas, el turismo es simplemente imprescindible para la República; a esto se debe su empeño, incluso a mediados del año pasado, en abrir las fronteras.

  • El turismo es de los principales beneficiarios de la estabilidad del país. Se trata, en fin, de una economía plenamente predecible: el peso está en perenne, pero controlada, caída frente al dólar, y el Banco Central actúa cuando la devaluación se excede.

  • El país es gobernado, sin importar el partido, por unos mandos completamente desideologizados. En 2020 tomó las riendas del Estado el PRM, suplantando al PLD, que había gobernado los 16 años anteriores. Fueron unas elecciones marcadas por el desgaste del oficialismo, envuelto en un sinnúmero de escándalos de corrupción, pero el trasfondo ideológico resultó idéntico: corruptos o no, según el parecer, son todos desarrollistas pragmáticos.

Marca España. Al inmiscuirse en el turismo dominicano, resulta interesante comprender el papel del capital español. Podría esperarse, tanto por proximidad geográfica como por compenetración económica, que preponderase el capital yanqui, como de hecho lo hace cuando contabilizamos toda la inversión extranjera directa, llevándose México la plata y España el bronce.

  • No es así en el turismo: los estadounidenses ocupan el primer lugar en cuanto a turistas se refiere (los españoles el séptimo), pero la inversión hotelera española representa un 70% de la industria. El capital peninsular se estructura bajo Inverotel, un consorcio de 16 familias hoteleras, entre ellas Meliá, Iberostar y Riu.

  • El predominio de los hoteleros españoles en el Gran Caribe es innegable, pues los mexicanos, deseosos de conservar su boom pospandemia, también se reúnen con ellos. En República Dominicana, considerada por Inverotel como su mercado de mayor crecimiento, la relación es plenamente simbiótica: en octubre las 16 cadenas se comprometieron a invertir $500M al cabo de tres años.

  • Impera el optimismo en la primada de América, que haría bien en recordar los versos del español Francisco Villaespesa, amante-viajero del país. «¡Ten confianza! / Con este Signo todo se alcanza, / porque es el signo de Redención. / Solar de veinte pueblos hermanos vela tus fuerzas, y aunque los grillos / sierren los huesos de tus tobillos / y entre cadenas sangren tus manos, / ni en los sudores de tu agonía / doblegues nunca tu frente: / pon el pasado sobre el presente / y en tu futuro de luz confía». Se cumplen 100 años de la publicación de su poemario Isla cruxificada.

JULIO A. FRANJUL MEJÍA | SANTO DOMINGO

II. La gran liquidación ideológica dominicana

1054 palabras. 5 minutos de lectura. 2 fuentes.

Salta a la vista de cualquier observador que ponga sus ojos por primera vez en la vida política de la República Dominicana la aparente inexistencia de antagonismos ideológicos de los partidos en pugna por el poder. Fuera de actores políticos individuales, y varios partidos minoritarios con escasa o ninguna representación, los grandes partidos de la actualidad mantienen una similitud e igualdad en cuestiones políticas, económicas y sociales.

El fisgón histórico. No siempre fue así. A partir de los años 60, con la muerte del dictador Rafael Leónidas Trujillo, y con la 2ª intervención estadounidense en 1965, surgieron una serie de partidos políticos que representaban distintas corrientes ideológicas que encontraban asidero en ciertos sectores de la población.

  • En primer lugar, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), de corriente liberal-democrática, fundado por Juan Bosch. Bosch fue una figura de primer orden, ocupando la silla presidencial en 1963, y dejando una ingente obra literaria y política.

  • Después surge el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) con la salida de Bosch del PRD. En sus inicios este partido tuvo un alto componente caudillista en torno a la figura de Bosch, quien dotó al mismo de una ideología fundada en sus escritos.

  • Por último, el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), fundado por Joaquín Balaguer, representante del ala «conservadora». A Balaguer, el «zorro de Navarrete», se le ha catalogado de enigmático. Fue presidente títere de Trujillo, desarrolló una obra poética y literaria de suma importancia para RD, y su accionar político determinó la vida nacional desde los años 60 hasta finales de los 90, habiendo ocupado la silla presidencial en cuatro ocasiones.

  • Durante la segunda mitad del siglo pasado, pugnaron demócratas, liberales, y marxistas –y todos ellos en contra del trujillismo y balaguerismo–. Como detallaremos más adelante, tales antagonismos desaparecieron al cierre del siglo con la alianza del PRSC y el PLD en las elecciones de 1996, y la rápida caída del primero.

Una izquierda inoperante. Podría decirse que si la consigna de los yanquis para América Latina en el albor de la Guerra Fría fue «no más Cubas», la izquierda dominicana facilitó el asunto. Juan Isidro Jimenes Grullón, intelectual dominicano de tendencia marxista-leninista, que tuvo una relevancia en la vida política durante Trujillo y postrujillo, pudo avizorar una serie de tendencias dentro de la izquierda dominicana que configuraban su accionar político, y que son claves para entender la desaparición de la izquierda marxista como fuerza política, así como la liquidación de los antagonismos de final de los 90.

  • Lo primero a lo que hacía alusión era la indigencia teórica de estos movimientos (que él catalogaba de «falsa izquierda»). Es decir, la falta de preparación doctrinal en los ideales a los cuales decían representar.

  • Producto de esta indigencia teórica, la falsa izquierda padecía de otros males que impedían su edificación como una fuerza política capaz de hacerse con el poder y mantenerlo. Entre estos se encontraban el aventurerismo, tendencia caracterizada por el emprendimiento de hazañas guerrilleras y terroristas que terminaban con el fusilamiento de sus dirigentes; el oportunismo, actitud política consistente en hacer de la coyuntura el eje y la finalidad del partido; o el seguidismo, que no es más que extrapolar de golpe y porrazo cualquier cuerpo doctrinario o ideológico extranjero (el estalinismo o el maoísmo).

  • Por otro lado, las bases estudiantiles y pequeñoburguesas de estos partidos acentuaban la tendencia de los mismos de coquetear con el poder estatal, más que de construir cualquier proyecto para el proletariado. La preeminencia de la clase media como actor político fue fundamental para que los movimientos más importantes propugnaran por la democracia representativa más que la «dictadura del proletariado».

Ocaso de un gigante y auge del PLD. Las victorias obtenidas en el año 78 y el año 82 por parte del PRD advirtieron a Balaguer de que sus tácticas tenían que someterse a un cambio dentro del electoralismo local.

  • Así, en el año de 1994, tras una crisis electoral, Balaguer arriba a un acuerdo político con su contrincante más importante, José Francisco Peña Gómez, candidato del PRD, en el cual se establecen las bases y las reglas de las próximas elecciones a celebrarse. Peña Gómez, quien se destacó dentro de la Internacional Socialista, había atraído a las masas al PRD con sus grandes dotes de orador.

  • Dichas elecciones se celebraron en el 1996. Balaguer, al verse vencido en primera vuelta por Peña Gómez con un 46% de los sufragios, concertó una alianza con el PLD y su candidato, Leonel Fernández, dándole el apoyo a este y propiciando su victoria. El PRSC caería como fuerza política de primera categoría, y no volvería a renacer y a renovarse como partido.

  • El PRD fue partido de gobierno durante el período 2000-2004. Tras esto, el PLD volvió a gobernar entre 2004-2020. Hasta 2020, PLD y PRD se disputaron el poder manteniendo líneas programáticas iguales.

Nuevo milenio y actualidad política. Los partidos ya no competían en base a antagonismos de carácter ideológico o doctrinario; los cuadros directivos de los distintos partidos no hacían gala de la pureza de sus ideales ni de la bajeza de los contrarios; las corrientes guerrilleras, de corte marxista, sea bajo influencia maoísta o guevarista fueron totalmente liquidadas, solamente quedaron como simbología romántica.

  • En el presente no se perfila ningún futuro con partidos disímiles en cuanto a posiciones doctrinales o ideológicas. El ya mencionado PLD, más el oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM) y Fuerza del Pueblo (FP) se mantienen como los actores principales del sistema, siendo los partidos minoritarios o personas individuales quienes sostienen posiciones radicales o polarizadas entre sí.

  • En el año 2014 tuvo lugar una escisión en el seno del PRD, producto de la cual una parte importante del partido forma el PRM. En 2020, el PRM llega al gobierno de la mano del presidente Luis Abinader.

  • En el año 2019, Leonel Fernández abandona el PLD, producto de elecciones primarias en el seno del partido, resultando en la creación de FP.

¿Desideologización=estabilidad política? Todo lo anteriormente expuesto conecta con la afamada estabilidad política de RD. La carencia de antagonismos ideológicos en las altas esferas de los partidos ha librado al país de los padecimientos de las tempestivas y cruentas batallas electorales que ocurren en otros países de la región. Este clima político, tan propicio para la inversión extranjera, es uno de los argumentos que ha llevado la misión dominicana a Fitur 2022.

III. TRIBUNA | JULIO CASTILLO SAGARZAZU | VALENCIA

Normalización y revolución ///

En el imaginario colectivo está anclada la idea de acuerdo con la cual las revoluciones y los cambios de régimen han sido el resultado de actos extraordinarios que han resuelto en un día contradicciones de siglos anteriores. Todo esto tiene que ver con la épica que, normalmente y a posteriori, los vencedores y sus propagandistas han desparramado sobre la opinión pública.

Así las cosas, pensamos que la Revolución Francesa comenzó con la Toma de La Bastilla y la rusa con la Toma del Palacio de Invierno.

Nada más lejano de la verdad. Cuando esos dos acontecimientos tuvieron lugar, ya habían ocurrido profundas transformaciones económicas, sociales y culturales en esas sociedades. La Francia de Luis XVI estaba dominada culturalmente, en sus clases intelectuales, por las ideas de la Ilustración. El poder económico ya no estaba en manos de la monarquía y la aristocracia. La corte de Versalles era un sindicato de manganzones y parásitos que no producían nada. Las posesiones feudales habían sido vaciadas por los siervos de la gleba que se fueron a las ciudades, aprendieron oficios y, con la platica ganada, devinieron en burguesía de comerciantes y banqueros que terminaron prestando dinero al propio rey y empeñando las joyas de los aristócratas arruinados. Esta clase insurgente no fue la que asaltó la Bastilla, pero fue la que creó y patrocino universidades; creó asociaciones de oficios; se juntó con sus pares de toda Europa y crearon Ligas de comerciantes y finanzas globalizando la economía de la época. Con todo este proceso, ganaron la «batalla cultural» de aquella sociedad y aquel momento histórico (todo ocurrió cientos de años antes de que Gramsci postulara esta estrategia para que los comunistas tomaran el poder).

En Rusia ocurrió otro tanto. Su élite instruida (la mayoría de ella desde el exilio) fue postulando las ideas y creando los partidos que provocaron en 1905 la primera irrupción contra el régimen de los zares. Luego, desarticulada por la guerra, aquella sociedad gobernada por una dinastía de siglos de pericia y acumulación de poder, terminó cayendo en un proceso gradual desde aquel «domingo sangriento» en 1905, hasta 1917, cuando un regimiento de cosacos apostados frente al Palacio de Invierno resolvieron, sin autorización del Soviet de Petrogrado, entrar sin conseguir resistencia alguna. El palacio, por cierto, estaba resguardado por un regimiento femenino de la guardia zarista con quienes terminaron confraternizando y bebiendo té, alrededor de un humeante samovar.

En la historia ciertamente ocurren irrupciones y cambios radicales de régimen, como los que resultaron de los acontecimientos que acabamos de citar, pero lo relevante es que estas transformaciones son el resultado de procesos de acumulación de fuerzas de los grupos insurgentes que suelen pasar por momentos de flujo y reflujo y de desarrollos irregulares y a veces imprevistos.

Lo cierto del caso es que las sociedades siempre combinan estos picos de insurgencia con tiempos de «normalización». Todo esto es el reflejo lejano de lo que ocurre en la naturaleza y en el propio cuerpo humano. En la naturaleza, los procesos de irrupción (los volcanes, por ejemplo), los choques de grandes cuerpos celestes y los mega cataclismos son seguidos por largos periodos de relativa calma. Los cambios geológicos documentados, así lo demuestran.

En la fisiología humana ocurre otro tanto. La vida está asociada al proceso de división celular y de desencadenamiento de tormentas bioquímicas. No obstante, esta frenética actividad, consigue el momento para que las células colaboren entre sí para formar los tejidos, y los tejidos a los órganos para que se cumplan las funciones vitales.

Si estas ideas las aplicamos (con cierta dosis de arbitrariedad, obviamente) a lo que ocurre hoy en Venezuela, podríamos afirmar que luego de la irrupción social de los años del 2013-2019, el país que no logró su Toma de la Bastilla o su asalto al Palacio de Invierno, ha entrado, sin duda en un periodo de relativa «normalización» (comillas exprofeso para evitar la lapidación de quienes van a decir que Venezuela no se ha arreglado. Afirmación con la que estoy de acuerdo. Aprovecho, incluso, para declarar que bajo la aparente quietud, duerme el monstruo de una espantosa realidad social).

En realidad para lo que nos interesa esta temeraria afirmación es para poner en evidencia el que pensamos que es el modelo por el que está apostando el régimen y sobre cómo podríamos (con las reglas del Jiu Jitsu) aprovechar lo que ocurre para hacer avanzar el cambio y el rescate de la democracia y la libertad.

Veamos: en notas anteriores hemos manifestado que la burbuja (con sus dosis de dolarización y expansión del consumo para ciertos grupos), al contrario de ser un desencadenante de adormecimiento social, puede ser aprovechado precisamente para lo contrario. Dicho en otras palabras, deshacerse de la esclavitud de la bolsa CLAP, del bono de la patria y las limosnas organizadas, ha representado la conquista de parcelas de libertad individual que pueden tener su correlato político si se hace lo adecuado para que esto ocurra.

Otro elemento importante a considerar, en esta línea, es que el régimen chavista y el madurista no han tenido éxito en crear lo que los clásicos llamaban «una clase dominante». El enraizamiento de la boliburguesia con la estructura económica del país es endeble y frágil. Los negocios a los que están vinculados estos sectores, aparte de opacos, son de efímera existencia: importaciones desenfrenadas; explotación ilegal de minerales; tráfico de gasolina; contrabando de extracción etc. Su formación como élite social está muy lejos también de lo que ha sido la conducta universal de quienes se preparan para dominar a largo plazo. Las elites suelen formar a sus hijos, estimulan la academia, se hacen rodear de artistas e intelectuales que les ayuden a crear una cultura de largo aliento. En Venezuela, el nuevorriquismo ha producido una casta de gente cuyo fin cultural más importante es demostrar cómo le sobra el dinero. El mal gusto de los barrigones con guayas de oro en las cubiertas de los yates; las filas de Ferraris en los lugares de lujo; la estética «kitsch» de los Guaicaipuros de latón, así lo atestiguan. Sus hijos no están en las mejores universidades de Europa y los EEUU formándose para dirigir el país, sino gastando la plata mal habida de los padres.

Con todo, esta burbuja de relativa «normalización» no ha conducido a un afianzamiento popular de Maduro. Todo lo contrario: incluso las encuestas que revelan un crecimiento sostenido de gente que opina que su situación económica ha mejorado, no revelan un correlato de popularidad hacia el régimen.

Esto último no es un dato menor. Es la prueba elocuente de que es necesario aprovechar este momento para cumplir las tareas importantes en las que las fuerzas democráticas venezolanas deberían estar ocupadas.

En ese sentido hoy se debería estar trabajando en poner orden en la casa. Primero, en rescatar la credibilidad de la dirección política opositora para que vuelva a entusiasmar. Para ello es imprescindible que se haga un profundo balance crítico de la actuación (hasta que duela); una reorganización de las estructuras y un remozamiento del pensamiento. Segundo, prepararse para el próximo desafío político visible y previsible (los imprevisibles suelen agarrar a todas las vanguardias sin pañuelo para el catarro) que son unas eventuales elecciones en 2024. Para ello, las estructuras remozadas deberán ponerse a trabajar para lograr una plataforma y un candidato unitario. Tercero, ir preparando la narrativa del país que se sueña (el Proyecto País es un capital semilla). Cuarto, trabajar como aconseja Gramsci, en el liderazgo cultural del país. No entendido como el intelectual o artístico, que también, sino en el que representan millones de compatriotas que desarrollan iniciativas concretas y tienen contacto concreto con gente de carne y hueso. Una profunda tarea de scouting es necesaria para ubicar las iniciativas, las dotes de líder de miles de esos venezolanos que andan en la búsqueda de una dirección unitaria y de una suerte de «estado mayor» que indique hacia dónde y cómo llegamos a la Tierra Prometida del fin de esta pesadilla.

Eso es lo que voluntariamente podemos decidir. La historia, caprichosa siempre, puede tenernos deparadas otras sorpresas. Si estas llegan, es mejor tener partidos fuertes y fuertes lazos con la gente para no equivocarse en la coyuntura, pero si esos acontecimientos no ocurren hay que ponerse a trabajar en lo previsible y en lo que tiene fecha fija.

Dos años en Venezuela no son mucho tiempo. ¡Manos a la obra!

IV. Crisis en Ucrania: a qué estar atentos en Latam

842 palabras. 4 minutos de lectura. 2 fuentes.

Cuba y Venezuela. A nuestro pesar, abrimos dedicando preciosos kilobytes a una aclaración. Y es que, quien se guíe por los titulares aparecidos en la prensa estas semanas, se imaginará a las puertas de una nueva crisis de los misiles de Cuba. «Rusia amenaza con un despliegue militar en Cuba y Venezuela», tituló el diario mexicano La Jornada. «Rusia amenaza a EEUU con desplegar tropas en Venezuela y Cuba» tituló el ABC de España.

  • ¿Cuál es el origen remoto de esta desinformación? Una respuesta del viceministro de exteriores ruso Serguéi Riabkov a una periodista en una entrevista televisiva lejos de los canales oficiales. La pregunta es «¿Se contempla la posibilidad del despliegue de infraestructura militar rusa más allá de Europa, como en Venezuela o Cuba?». La respuesta de Riabkov: «Yo no quiero confirmar nada pero tampoco puedo descartarlo».

  • Rusia ya cuenta con activos militares en Cuba y Venezuela, es un secreto a voces. Pero la pregunta es si, en base a las declaraciones de Riabkov, existe un aumento real de las probabilidades de un despliegue militar ruso de fuerzas convencionales en el hemisferio occidental. Negativo. Además, la cobertura mediática omite los incentivos de los propios gerifaltes de Maduro, celosos de su soberanía y de sus asuntos propios, que no necesariamente verían con buenos ojos la llegada de tropas rusas.

Latam petrolera. Las implicaciones más evidentes de la crisis se dan en el ámbito energético. Un shock de oferta petrolera rusa derivado de la situación en Ucrania aceleraría la remontada del precio del crudo.

  • Aún cuando Washington publicita su independencia energética –fue exportador neto de energía en 2019 y 2020– y advierte a sus aliados europeos contra la sobredependencia de Moscú, las refinerías estadounidenses están adquiriendo más petróleo ruso que nunca. A falta de una desescalada entre Washington y Moscú, EEUU estaría forzado a salir de compras a por recursos energéticos saudíes, kuwaitíes e iraquíes —pero también latinoamericanos—.

  • En términos económicos, la energía rusa y el venezolana son bienes sustitutivos, pero sobre el crudo caribeño recaen las sanciones de EEUU. Las necesidades petroleras yanquis podrían pesar en el debate sobre su levantamiento, pero ya no existe la interdependencia de antaño con Caracas.

  • En términos fiscales, el auge del petróleo beneficia a los gobiernos de países petroleros que elaboraron presupuestos conservadores en cuanto al precio/barril proyectado. Los beneficia con más margen fiscal para redistribuir hacia sus electorados. Aumentan sus opciones de supervivencia política. En principio sería el caso de México. Ahora bien, PEMEX está diezmada, la refinería de Dos Bocas va tarde –y un 40% por encima de presupuesto–, muchos inversores privados están en stand by, o a la defensiva por sus derechos económicos, o directamente en retirada por el clima de inversión (el plan de AMLO a medio plazo sería no exportar petróleo ni importar gasolina).

  • La panorámica es que Latam está en un momento petrolero, una tesis que hemos sostenido antes, después y durante la COP26 de Glasgow. Ecuador gana atractivo por sus recursos energéticos, pero requiere de inversión: los obstáculos de la política doméstica y la normativa ESG la frenan. Brasil subasta sus vastos campos y obtiene necesitados ingresos fiscales.

Kazajistán y México. Los grandes medios han hallado ecos –y clics– en Venezuela, Cuba y analogías con la Guerra Fría. Para nosotros resulta más interesante la simetría entre México y Kazajistán. Los kazajos comparten la frontera terrestre continua más extensa del planeta con Rusia. Moscú tiene intereses vitales en materia de seguridad y energía en el país. Recordemos que las protestas a principios de año contra el gobierno kazajo ocurrieron a las puertas de las negociaciones entre la OTAN y Rusia sobre Ucrania.

  • La percepción del Kremlin es que no fue un movimiento popular sino otra color revolution patrocinada por Washington: primero las ONG, luego las protestas masivas para derrocar al gobierno incumbente de signo desfavorable. Kazajistán habría sido objeto de un nuevo episodio de «guerra híbrida», semejante al que desembocó en el derrocamiento del gobierno prorruso de Ucrania en 2014. La intención de Washington habría sido comprometer recursos rusos a Kazajistán para mejorar su propia posición negociadora respecto a Ucrania.

  • Retomemos la simetría con México. Si la intención de Rusia fuera ganar bazas negociadoras, presionando a EEUU en «su» hemisferio, sería más interesante intentar desestabilizar México que en acumular tropas convencionales en Cuba y Venezuela. La vía indirecta de un ciberataque a México, por ejemplo, causaría daño real a EEUU y exoneraría de culpas directas a Rusia. Rusia también podría cebarse con los socios económicos clave de EEUU en Sudamérica: Brasil, Colombia y Ecuador. Pero la imbricación de EEUU con México es única: comparten frontera, cadenas de suministro e intereses empresariales, con nombres y apellidos.

  • La idea de influir indirectamente en EEUU a través de su bajo vientre no es descabellada. Si atendemos a la crisis de los opiáceos que asola el país: el fentanilo proviene de China, con parada en México, desde donde cruza la frontera. Puestos a buscar analogías históricas, estamos más cerca de las Guerras del Opio que de una nueva Crisis de los misiles de Cuba.

JUAN CARLOS LOZANO | MADRID

IV. México, en el punto de mira de la gran banca española

916 palabras. 5 minutos de lectura.

Con los fundamentales económicos dejando atrás la larga crisis financiera de 2008 y el efecto Covid, con los beneficios del sector ya en niveles prepandémicos (los bancos españoles cotizados en bolsa ganaron $22.800M en 2021, un 45% más que un año antes), con la expectativa de subidas de tipos, que darán más márgenes al negocio financiero, y con el maná de los fondos europeos, que dinamizarán la actividad económica, la gran banca española vuelve a fijar su punto de mira en Latam, una región con márgenes de beneficio muy sabrosos. Y en la región, México es un objetivo prioritario. Estratégico.

  • En el caso del BBVA para defender su posición de líder y por supuesto los grandes beneficios que le reporta el país, donde logra casi la mitad de sus beneficios, que en 2021 se estima que totalizaron $5.200M.

  • En el caso del Santander, para crecer en el país, fortalecerse y dar impulso a su megaproyecto de un eje Brasil-México-EEUU.

Es noticia. El estadounidense Citi anunció que sale del negocio de banca minorista en México, agrupado en Banamex. No es una cuestión menor: más de 1.200 sucursales, más de 31.000 empleados, más de $35.000M…es decir, una entidad sistémica.

  • No parece ser totalmente un problema de falta de confianza en el país ni de temor a la deriva izquierdista. Citi, que desde 2016 vino vendiendo su actividad de banca de particulares en Argentina, Brasil y Colombia, quiere centrarse en Latam en lo que mejor sabe hacer: banca de inversiones. Tampoco le vendrá mal lo que ingrese por la venta de Banamex: las valoraciones oscilan en un rango de entre $4.500M y $15.000M.

Por qué el Santander es favorito. Para el Santander, México es un país estratégico y los analistas le dan como el principal candidato a llevarse el gato al agua en la operación. Ahora mismo, controla una cuota de mercado en México del 13,3% que le aporta un 10% de los beneficios del grupo. Con Banamex, la entidad de Ana Botín controlaría, si ganase, alrededor del 23% del mercado mexicano y hablaría de tú a tú al líder, el BBVA, que controla un 24%.

Un eje para aspirar el liderazgo mundial. Pero además de la posición de dominio, el Santander quiere reforzar su sueño de crear un eje Brasil-México-EEUU para dominar el podio bancario mundial. Varias operaciones realizadas en los últimos años demuestran esta idea. En Brasil, tras fuertes inversiones, el Santander consigue ya entre ⅓ y ¼ de sus beneficios como grupo. En México, el año pasado realizó una opa para tomar el control total de su filial mexicana, donde ya tiene el 96,1% del capital.

  • También conviene recordar que en 2016, el Santander se hizo con el negocio minorista del Citi en Argentina.

  • Respecto a EEUU, el Santander solo está a la espera de conseguir las autorizaciones necesarias para aumentar su participación en Santander Consumer USA, una filial donde suma 5 millones de clientes y gestiona $150.000M en activos.

¿Se autodescarta el BBVA? Hasta ahora, así lo parece. El que es el gran dominador del mercado bancario mexicano, con una cuota de mercado del 25%, quiere mantener esa posición privilegiada, pero también tiene varios frentes que atender.

  • El primero es que sumar Banamex, en caso de que pujara por la entidad, le otorgaría una posición de dominio cercana al 36% del mercado, lo que chocaría con las autoridades de la competencia mexicana.

  • El segundo es que la entidad lleva años, a nivel mundial, en un fuerte proceso de digitalización impulsado por su anterior presidente, Francisco González, que desde 2008 invertía de manera recurrente entre $675M y $900M anuales en el proceso, con la consiguiente reducción de costes y mejora de la eficiencia, un proceso inverso al que supondría la compra de Banamex.

  • Por último, BBVA quiere centrarse en arreglar su presencia en Turquía, un mercado que considera prioritario por potencial, pero que en los últimos años solo le ha aportado quebraderos de cabeza, entre otras cosas porque el régimen de Erdogan se ha dedicado a favorecer descaradamente a los bancos públicos frente a los privados como Garanti.

¿Y si AMLO tiene un favorito? Como era de esperar, el poder político mexicano, personificado en el izquierdista Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ya se ha dejado oír con fuerza. AMLO, en plena recuperación del Covid, dijo que le gustaría que se mexicanizara el Citi.

  • Como parte del plan, hay quien advierte de que si el Santander se hace con Banamex, la gran banca española controlará la mitad del sistema financiero mexicano, algo que no todos ven con buenos ojos. Por eso, aunque lanzó un mensaje tranquilizador, aclarando que los  extranjeros pueden participar en el proceso, AMLO puso la pelota en el tejado del empresariado mexicano al nombrar a Ricardo Salinas Pliego, Carlos Slim, Carlos Hank González o José Javier Garza Calderón como inversores con los suficientes recursos para vencer en la puja.

  • Eso explica porqué algunos analistas (no financieros, claro) apuntan entre los favoritos a quedarse con Banamex al Banco Azteca, ya que el dueño de la entidad, Ricardo Salinas, parece contar con una simpatía especial por parte de AMLO. ¿Será esta una opción suficiente? AMLO  podría disfrazar ese movimiento intervencionista como un intento de que el empresariado mexicano (el afín, claro) recuperase una parte muy relevante del negocio bancario. Además de entidades como Banorte o Scotiabank, también habría que tener en cuenta una firma como Inbursa, cuyo dueño es el magnate Carlos Slim y donde CriteriaCaixa tiene el 9,1%. Las espadas están en todo lo alto.

∞. América ¿Qué más?

Revista de prensa

     HEMISFERIO

  • EFE: La ciudad de Los Ángeles acogerá este año la Cumbre de las Américas | «La anterior cita, que reúne los líderes del continente americano, se celebró en Lima (Perú) en 2018. Sin embargo, solo en la cumbre celebrada en Ciudad de Panamá en 2015 asistieron todos los líderes de los 35 países que integran la Organización de Estados Americanos (OEA) y a la que se sumó también Cuba. La cita de Lima de 2018 estuvo marcada por la ausencia de Venezuela, a la que Perú le retiró la invitación...Además, en 2018, por primera vez no asistió el mandatario de EEUU...Donald Trump delegó en el vicepresidente Mike Pence»

  • FT: Monedas latinoamericanas señalan daños económicos a pesar del boom de las materias primas | «[Marcos Casarin de Oxford Economics] "Los mercados prevén que este boom no trajo prosperidad, o sea que las monedas no merecen subir. Fue un boom para una docena de compañías que no se tradujo a una prosperidad económica más amplia"»

    GRAN CARIBE

  • AP: Taiwán da 900.000 dólares a Guatemala para cabildeo en EEUU | «Guatemala es uno de los apenas 13 países, en su mayoría pequeños y en desarrollo, que tienen relaciones diplomáticas plenas con Taiwán, escindido de la China continental durante la guerra civil de 1949»

    ‌‌ CONO SUR

  • BloombergLínea: [Chile] Boric presenta a su gabinete: más mujeres y diversidad de partidos | «Todas las expectativas estuvieron puestas en quién dirigirá el destino económico del país. Finalmente, Mario Marcel, el economista más influyente de Chile actualmente, ha decidido aceptar el reto, lo que significa una buena señal para el mercado»

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