OFRECIDO POR EMAIL METER DESDE MADRID

SEBASTIÁN GENNARI | MIAMI

I. Tema de la semana. Latam 2022: se buscan soluciones, no ideologías

1434 palabras. 7 minutos de lectura. 26 fuentes.

Se habla —ya con pesar, ya con regocijo— de una ola izquierdista en LATAM. La reciente victoria de Gabriel Boric en las presidenciales chilenas supuestamente ampararía esta tesis, pero no es así.

  • Más que una onda expansiva de izquierda, el denominador común es un rechazo general a los gobiernos en ejercicio. Estamos, si se permite el anglicismo, ante un momento antiincumbente. Han pagado los platos rotos quienes gobernaron durante el caos covidiano, esto a pesar de las numerosas ayudas sociales, que por inercia engendrarán Estados del bienestar en la región.

  • «De 16 elecciones presidenciales latinoamericanas celebradas en los últimos tres años, sólo dos partidos/coaliciones han retenido el poder. De las 14 en que hubo cambio, siete oficialismos quedaron incluso peor que segundo lugar, algunos hasta 8.º o 9.º. Gobernar hoy es más difícil», apunta un mirlo blanco de la diplomacia hemisférica, el dominicano Jatzel Román.

  • Desinflemos el peso de la política, de la ideología y del péndulo izquierda-derecha en la narrativa regional: en el plano económico, mediocridad; problemas estructurales con intensidades y soluciones distintas para cada país, práctica irrelevancia para todos en el sistema internacional, salvo por las materias primas. Chile, por sofisticación económica e institucional, se salva a la postre, y República Dominicana y Uruguay emergen como oasis dotados de una fortísima recuperación y halagüeños augurios.

  • Sin subestimar tendencias, sobre todo de las doctrinas anglosajonas de justicia social, se distinguen a lo largo de la región vistas y panoramas muy variados. Entrevemos menos apetito ideológico; hay un deseo innegable de soluciones y, por consiguiente, una obsesión por desterrar oficialismos. Es momento de cuidarse de las generalizaciones en lo tocante a Latam. Recuerden, hoy más que nunca, el título Las 20 Américas Latinas, de Marcel Niedergang.

Chile sigue barato. Ganó Boric y no se ha caído, hasta ahora, el techo de la Bolsa de Santiago. En noviembre, cuando no se había decidido la contienda presidencial, el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) creció 14,3% en términos interanuales, superando ampliamente las expectativas.

  • Numerosas estadísticas invitan a pensar que la recuperación marcha viento en popa. El desempleo ha llegado a niveles prepandemia, situándose en torno al 7,5%. El peso chileno, sacudido por la incertidumbre ad portas de elecciones y, posteriormente, por el miedo a Boric, empieza su morosa estabilización.

  • A pesar de ser Boric presidente electo, Chile no ha quedado como un señorío de izquierdas: el Congreso está básicamente empatado y la Convención Constitucional, que acaba de reemplazar autoridades, está entrando en sus últimos seis meses de trabajo sin un primer borrador de la próxima Constitución.

  • Boric se ha comprometido a respetar la autonomía de la Convención y respaldar a su nueva presidenta, la izquierdista independiente María Elisa Quinteros, pero es evidente el disgusto de su campaña por la falta de coordinación en la elección de los altos mandos constituyentes (o, por usar el término en boga, «convencionales»).

Velha cachaça. En Brasil resurge Lula da Silva, político añejo más propio de las fotografías con líderes idos a destiempo que de las controversias de Twitter. Como antes hemos señalado, los sondeos avalan su liderato. Su estancia en prisión no ha supuesto desgaste alguno, pues su nivel de apoyos —un 44% en 1.ª vuelta— es prácticamente idéntico a los cosechados en 2002 y 2006; incluso hay quienes afirman, con excesivo optimismo, que podría ganar en 1.ª vuelta, circunstancia no vista desde el ascenso de Cardoso en 1998.

  • A Lula se le tiende a ubicar dentro de la marea rosa. La categorización es correcta, mas no excesivamente amena: siempre fue el más pro-business de la caterva. Durante su mandato combinó la retórica socialdemócrata, exhibida en programas sociales como la Bolsa Familia, con cierta probidad fiscal auspiciada por economistas de centroderecha. Este cóctel, condimentado con un boom de commodities, hechizó a medio mundo. Era la época, recordemos, del BRICS.

  • Lula, no obstante sus 76 años, trama una gira internacional para recobrar apoyos. Ya lo han recibido en el Elíseo, y este año pasará por la Ciudad de México, Washington, Moscú y varias capitales europeas. También hay una tentativa de alianza entre él y el centrista Geraldo Alckmin, que equivaldría a una candidatura atrapalotodo en contra de Bolsonaro.

  • Sin importar quién gane en octubre, Brasil encara un pésimo panorama económico. El superávit comercial ascendió a $61.000M en 2021, debido al alza de los commodities e incluso de industrias con alto valor agregado, pero la inflación está en 10,7% y el real se ha debilitado a pesar del repunte del comercio con EEUU. Como tantísimos países de la región, la pandemia ha traído consigo un sinnúmero de carísimas ayudas sociales. Hay fuga de capitales, y se cierne la recesión sobre el país. No hay duda alguna de que subirán los tipos de interés. El Gobierno busca su salvación en las grandes petroleras, que desde 2019 han pagado $25.000M en tarifas por concesiones otorgadas.

Gloria inmarcesible. Si bien Gustavo Petro tiene todas las de ganar la 1.ª vuelta, donde se llevaría un 25%, programada para el 29 de mayo, el panorama político se mantiene fragmentado, complicando las previsiones para la 2.ª vuelta. La pandemia ha hecho estragos, pero se estima, previa certificación oficial, que el PIB creció en un 9,7% el año pasado.

  • Para Bogotá, la inflación y la caída del peso son los principales dolores de cabeza. En 2021 la inflación fue de 5,62%, una cifra a simple vista respetable, pero los alimentos subieron en un 17,23%. El tiro de gracia lo da el peso colombiano, que perdió más de un 15% de su valor en 2021.

  • Colombia también enfrenta un desafío diplomático. Washington es su aliado tradicional: los une un gran volumen de comercio, estimado en $40.700M en 2019, además de ocho instalaciones militares en territorio colombiano. Pero el capital chino es tentador y va desde la compra de materias primas a la inversión en ferrocarriles.

  • Esto ha dado lugar a cierto parloteo de un «no alineamiento activo», que permitiría que los países latinoamericanos cultiven lazos simultáneos con Pekín y Washington, al margen de la guerra fría a medias que se va fraguando.

Miras al norte. En México gobierna AMLO y faltan dos años para las presidenciales, pero, de antesala a varios comicios estatales, se conforma una alianza heterodoxa entre PRI, PAN y PRD. Bajo AMLO o Va por México, en el país prima la influencia estadounidense; mientras Sudamérica cae rendida a los pies de Pekín, México se beneficia de su pleno acceso a mercados norteamericanos.

  • México es, hoy por hoy, el principal socio comercial de EEUU. De enero a noviembre de 2021, exportó bienes y servicios tasados en $351.464M e importó $252.718M. Esta relación se vería beneficiada por el nearshoring, motivado por las dificultades pospandemia en las cadenas de suministros.

  • Ahora bien, a Washington le desagrada la predilección del Gobierno mexicano por entes estatales, sobre todo Pemex, a la hora de administrar su reforma energética, así como el apoyo que México presta a los gobiernos autoritarios de la región.

  • Como en toda la región, el país se ve asolado por la inflación, estimada en 7,1% para 2021. El Banco de México busca moderar los estragos con dolorosas subidas en la tasa de interés. México, hace tiempo envuelto en la trampa de la renta media, se acerca a la estanflación: el crecimiento real es bajísimo, por no decir negativo.

Oasis. Uruguay y República Dominicana emergen como oasis de tranquilidad ante las convulsiones políticas y desilusiones económicas vistas en otros países de la región. Uruguay creció al 4% y prevé entrar en una «fase de crecimiento fuerte». República Dominicana, en tanto, creció un 12%, redujo su déficit fiscal e incrementó sus reservas extranjeras; ha recuperado, como Chile, su tasa de empleo prepandemia y su recuperación es quizá la más fuerte de Latinoamérica.

  • Ambos países impugnan la tesis de un renacimiento izquierdista. En Uruguay gobierna el Partido Nacional de Luis Lacalle Pou, que en 2019 batió al izquierdista Frente Amplio; en República Dominicana, donde los partidos principales carecen de definición ideológica (resultan más seductivas, comprenderá el lector, las proclamas anticorrupción), el empresario Luis Abinader puso fin a los 16 años en el poder del Partido de la Liberación Dominicana.

  • También demuestran la penetración del Estado del bienestar en la región, que pasará a la historia como principal secuela de la pandemia. El batllismo uruguayo —con sus prestaciones por desempleo, derechos laborales y pensiones a la vejez— se ha esparcido: en Uruguay se han expandido las asignaciones familiares y el llamado bono crianza; en República Dominicana, además de las ayudas por la pandemia, se entregó un bono navideño, y acaba de ser aprobado en el Senado un préstamo de $300M para afrontar gastos especiales.

JORGE LUIS DE LEÓN KOSTKO | TENERIFE

II. Maduro, Boric y las dos izquierdas de América Latina: Petkoff revisitado

1380 palabras. 7 minutos de lectura. 7 fuentes.

La victoria de Gabriel Boric en Chile ratifica la coexistencia de dos corrientes dentro de la izquierda latinoamericana. A priori, poco tiene que ver el millennial Boric –que toma muchas de sus referencias del progresismo estadounidense– con la izquierda curtida de Maduro, Ortega y Díaz-Canel.

  • En esencia, es un problema de vieja data en la izquierda, con episodios tan notorios como el reformista Bernstein vs. el maximalista Lenin. Quizá nadie lo haya trasplantado a Latinoamérica y planteado sus matices regionales con tanta luminosidad como el socialdemócrata venezolano Teodoro Petkoff. Su célebre artículo «Las dos izquierdas» se ha convertido en lugar común, e incluso germen de todo un subgénero político regional, ocupado en bifurcar la izquierda autóctona puntualmente.

  • Recordemos que Petkoff cerró su artículo describiendo los «vasos comunicantes» de ambas izquierdas. Hoy, transcurridos más de tres lustros, y tras una panorámica regional, cabe hacer lo mismo.

En perspectiva. El «viraje a la derecha» regional durante la pasada década no parece haber alcanzado los objetivos planteados: la izquierda latinoamericana vuelve a ser lo típico.

  • «Por primera vez, las seis principales economías más grandes de América Latina y que representan el 90% de su PIB podrían estar gobernadas por presidentes progresistas. Lo son ya Argentina, Chile, México y Perú, y tendremos que esperar unos meses para confirmarlo cuando se den las elecciones de Brasil y Colombia, en las que todo indica que ganarán Lula da Silva y Gustavo Petro», reportó El País.

Cono Sur. Más allá de Boric, en Argentina, el kirchnerismo, después de doce años en el poder, volvió a la Casa Rosada después del mandato de Macri, con Alberto Fernández y su vicepresidenta, Cristina Kirchner, a la cabeza.

  • En Uruguay, quince años comparte la izquierda de Tabaré Vázquez y Pepe Mujica. Aunque ha vuelto la derecha a Uruguay, es cierto que sigue teniendo relevancia a nivel mundial «el mito de Pepe».

Andes. En Perú, quince años de izquierda sumaron Toledo, García y Humala con pocas variaciones, a pesar de las diferencias discursivas. Después del meollo de Pedro Kuczynski y los presidentes constitucionales, la izquierda —mucho más radical— de Pedro Castillo ha vuelto al Perú.

  • En Bolivia, trece años de Evo Morales se vieron interrumpidos por la irrupción de Jeanine Áñez. Los bolivianos no valoraron el cambio, se hizo encarcelar a la presidenta «golpista» y se legitimó la vuelta del moralismo a la presidencia con Luis Arce.

  • En Colombia, a pesar de que nunca ha gobernado la izquierda, el candidato que puntúa en las encuestas es Gustavo Petro, exguerrillero cercano al madurismo y a sectores belicosos y radicales ¿desmovilizados?

  • En Ecuador, diez años de Rafael Correa fueron interrumpidos por el revolcón de su aparente sucesor, Lenín Moreno. A pesar de que gobierna la derecha moderada, el «mito de Correa» sigue vivo dentro de la narrativa izquierdista.

Gran Caribe. Venezuela, suma 22 años de dictadura, catorce de Chávez, ocho de Maduro. En Cuba van 62. Poco ha cambiado con la muerte de Fidel y la salida —nominal— de Raúl. Manda Miguel Díaz-Canel con el vigor de sus predecesores.

  • En Nicaragua, después de un primer mandato de cinco años en los ochenta y una amplia interrupción, Ortega inaugura junto con su esposa —la vicepresidenta— su quinto mandato. El sandinismo ha gobernado por catorce años seguidos.

Los dos gigantes. En México, el eterno candidato Andrés Manuel López Obrador, AMLO, llegó por fin a la presidencia en 2018.

  • En Brasil, entre Lula y Dilma suman doce años de mandato. A pesar de los problemas y las acusaciones —no gratuitas— de corrupción, Lula asoma la cabeza en las encuestas contra Bolsonaro.

El fisgón histórico. El primero en ver una clara distinción entre las dos realidades de la izquierda latinoamericana fue Petkoff. Exguerrillero, fue de los primeros en marcar distancia de la Unión Soviética y Cuba para plantear un modelo de desarrollo alternativo para América Latina pragmático y de bienestar.

  • Aunque ministro a finales de los noventa, puso de relieve las complicaciones institucionales y el aumento desmedido de la desigualdad que había traído el desarrollo económico frenético de la región. Desde el primer día, advirtió desde la izquierda del peligro chavista. Premio Maria Moors Cabot y Ortega y Gasset, falleció en Caracas en 2018.

La izquierda dura: el castrochavismo. Llamada por Petkoff «izquierda borbónica» —que no olvida ni aprende—, se desprende de dos grandes ejes: Castro y Chávez. Alimentada por profundos problemas sociales, como la pobreza y la discriminación racial, su discurso mágico-religioso evoca, así anacrónico, la narrativa cubana y ha constituido quizás el fenómeno de masas más relevante de la historia de América Latina.

  • A pesar de la tutela de «Papá Fidel», Chávez logró articular su propia forma de autoritarismo con apariencia democrática. La cohabitación de una oposición blandengue, alcahueta y corrupta —que todavía sobrevive—, los rifirrafes en la prensa, las expropiaciones en cadena nacional… todo esto constituye un modelo perfectamente exportable cuya «onda expansiva», en palabras de Petkoff, es más poderosa que la cubana. Y así se ha demostrado. Chávez, con su influencia, llevó al poder bajo la idea de «la Patria Grande de Bolívar» en menos de veinte años a más líderes de izquierda que la Revolución Cubana en toda su historia, tal es el caso de Evo Morales y Daniel Ortega.

  • Hoy, aunque el discurso ha variado poco, la praxis del castrochavismo es radicalmente distinta. En Venezuela, no obstante, Maduro, apoyado en las nuevas y viejas oligarquías, ha empezado a consolidar un modelo similar al chino, mucho más rígido y ajeno al populismo de Chávez. Esta nueva realidad venezolana, el chavismo-madurismo —ya no marxismo-leninismo ni castrochavismo— parece ser perfectamente exportable a otros países. A pesar de que lo puedan negar, se le asemejan mucho los planteamientos del recién elegido Pedro Castillo en el Perú y del colombiano Gustavo Petro, que lidera las encuestas presidenciales.

La izquierda woke. La victoria de Boric en Chile no es ajena al otro paradigma izquierdista de la región: siguen vivos los mitos de Lula, Correa y Mujica. El discurso de esta izquierda, en principio moderado, ha buscado mostrarse como conciliador y democrático. Su práctica histórica ha tendido hacia el estado de bienestar y el acercamiento pragmático a EEUU y la Unión Europea, que, en palabras de Petkoff, se resume en «tensiones probables pero convivencia inevitable».

  • Esta izquierda, por un lado contempla un respeto mínimo a las normas generales de la macroeconomía y, por otro, ha interiorizado una serie de valores democráticos que le impiden un viraje autoritario por haber enfrentado las dictaduras militares del siglo pasado, como afirma el venezolano. Esto último le ha merecido las loas del primer mundo, aunque los resultados de sus gobiernos hayan sido poco más que desastrosos.

  • Primero Fernández y ahora Boric, levantando las banderas de Lula, Correa y Mujica, han modelado esta izquierda en vegetariana —Álvaro Vargas Llosa dixit—. Influenciados ampliamente por la ola expansionista del progresismo woke, nacido en las universidades estadounidenses, han empezado a abordar con vehemencia la cuestión del aborto, el matrimonio homosexual, la ideología de género y las teorías decoloniales.

¿Dos izquierdas? La teoría de Petkoff alumbra una realidad que no deja de asomarse en el panorama regional: las izquierdas latinoamericanas son dos, su práctica y su discurso es diametralmente distinto, pero obran conjuntas para perpetuarse, protegerse y promoverse.

  • Si bien es cierto que el castrochavismo es autoritario y más bien conservador frente a estas cuestiones —especialmente cierto en el caso de Chávez y Castillo—, la izquierda woke no se le desvincula de ninguna manera. Por el contrario, esta izquierda no ha sido sólo garante de los intereses de la otra en la región, sino que son frecuentes las referencias discursivas en las que defiende su praxis con fuerza y la forma de sus relaciones de amistad, con su consentimiento, son abordadas como entre hijo y padre.

  • Esta estabilidad es la consolidación del proyecto geopolítico de Chávez: la patria grande, pero roja-rojita, cueste lo que cueste. Si bien podríamos remontar la idea al Foro de São Paulo –todos, o casi todos, los mandatarios izquierdistas latinoamericanos están adscritos al Foro de São Paulo– lo cierto es que el fenómeno definitivo que hizo de la izquierda una realidad política certera en América Latina y el Caribe es la victoria de Hugo Chávez por tres elementos que rara vez concurren: petrodólares, desvergüenza y presencia continental, como detallan algunas declaraciones de disidentes chavistas.

UN MENSAJE DE EMAIL METER

¡Hola americanistas!

El equipo de Email Meter quiere tener un detalle con empresas amigas de El Americanista — y por ello queremos ofrecer una licencia gratuita de Email Meter Teams para cinco personas.

¿Qué es Email Meter?

Email Meter es la plataforma líder en estadísticas de correo electrónico. Genera reportes detallados sobre el uso del correo electrónico, para ayudar a equipos y empresas a entender sus hábitos, flujos y mejorar su productividad. Si alguna vez te has preguntado quién de tu equipo envía más correos electrónicos, qué cliente es el más exigente, cómo se compara tu tiempo medio de respuesta con el de otras empresas en tu sector, o cualquier otra información sobre el uso del correo en tu empresa — Email Meter tiene las respuestas.

¿Qué tengo que hacer?

  1. Regístrate con una cuenta gratuita en emailmeter.com
  2. Rellena el siguiente formulario: https://forms.gle/CAWpMwMnc1aS1GRu7

Nuestro equipo se encargará del resto.

SEBASTIÁN INCHÁUSTEGUI | CIUDAD DE MÉXICO

III. En el tintero de la Suprema Corte de México se decide el proyecto político de AMLO

987 palabras. 5 minutos de lectura. 12 fuentes.

Mucho se juega AMLO en el 2022. Esta vez, en el campo jurídico. Han pasado ya más de 3 años cumplidos de gobierno de AMLO, por lo que México atraviesa ya el ecuador de su administración. Después de declarar lo mínimo indispensable para delimitar su gobierno dentro del marco de lo democrático y negar tener la intención de reelegirse, la ventana de tiempo que tiene el presidente mexicano para cimentar su legado se estrecha.

  • Por ello, destaca que la gran mayoría de sus políticas públicas, leyes, y decretos más controversiales se encuentren sujetas al escrutinio y decisión de las ministras y ministros de la Suprema Corte de Justicia de México (SCJN).

Es noticia. Todas las canicas. El 3 de enero de 2022, la SCJN comenzó sus labores del año con la Sesión Pública Solemne de Apertura de Sesiones del 2022. En ella, el ministro presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea dirigió interesantes palabras respecto de lo que espera para el resto del año. «La Corte ha sido y seguirá siendo el tribunal constitucional del Estado mexicano. El poder equilibrador, autónomo e independiente que nuestra democracia constitucional exige. Este año, la Corte resolverá asuntos de gran trascendencia para el orden jurídico nacional».

El rezago de la SCJN. A la SCJN, se le ha reclamado la desatención de asuntos de la máxima trascendencia para México. En agosto de 2020, diversos intelectuales mexicanos publicaron «Los Pendientes de la Corte». Una obra que recopila algunos de los temas más relevantes que se encontraban en el tintero de la SCJN.

  • La obra refiere que «[p]rácticamente todas las nuevas leyes sancionadas por el nuevo gobierno han sido cuestionadas ante la [SCJN] (…). La Corte no ha resuelto la mayoría de esos cuestionamientos, por lo que puede decirse que México tiene ahora un gobierno sujeto a revisión constitucional».

  • Comenzando el 2022, varios de esos asuntos siguen en cancha de la Corte, y de acuerdo con el propio Zaldívar, éste será el año de su resolución.

En el radar. Lo que viene. El ministro presidente, mismo que encabeza su propia cruzada transformativa del poder judicial, anunció la resolución de una serie de asuntos de gran trascendencia para el primer semestre del año que ya tienen proyectos listos. «la controversia constitucional en que se impugna el acuerdo por el que se dispone de la Fuerza Armada para tareas de seguridad; las acciones de inconstitucionalidad en las que se impugna el Código de Justicia Militar, el Código Militar de Procedimientos Penales y la Ley Nacional de Registro de Detenciones», son solo algunos de los asuntos que aseguró Zaldívar se resolverán antes de junio. Declaró también que aquellos sin proyecto todavía, pero de gran interés público ,también serán resueltos.

  • Por otro lado está lo que falta. Además, la SCJN tiene todavía por resolver litigios relacionados con: Ley de Industria Eléctrica, Ley de Austeridad Republicana, militarización de puertos, régimen penal especial en materia de delitos fiscales, y hasta algunos asuntos penales relacionados con la familia del Fiscal General de México.

  • Tampoco puede faltar el «decretazo», como popularmente se le conoce al acuerdo por medio del cual AMLO pretendió blindar la información y construcción de sus obras de infraestructura (tren maya, aeropuerto, etc.) del escrutinio judicial. Mismo que ya fue parcialmente suspendido por la SCJN.

Militarización del país. A pesar de haber sido un fuerte crítico de la militarización de la seguridad pública en el gobierno de Calderón, AMLO no tardó en exponenciar la práctica A raíz de la creación de la Guardia Nacional (GN), que dotó de facultades al presidente de México para disponer de ésta para labores de seguridad pública de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria (como lo estableció la Corte Interamericana de DDHH en Alvarado y otros vs. México). Al año de la creación de la GN, AMLO ejerció dichas facultades.

  • Contra ello la Cámara de Diputados promovió una controversia constitucional, aduciendo una invasión competencial por parte del presidente mexicano. En la Segunda Sala de la SCJN, la Ministra Ríos Farjat propuso un proyecto solapando el Acuerdo, pero finalmente será el Pleno del a SCJN quien decida.

  • Además, la SCJN también tiene pendiente la resolución de la controversia relacionada con el contenido mismo de la Ley de la Guardia Nacional.

Ley de la Industria Eléctrica. A raíz de una serie de modificaciones a la Ley de la Industria Eléctrica, que buscan proteger y favorecer a CFE, se promovieron una serie de procesos alegando dos principales argumentos:

  • Competencia económica. Se reclama que al favorecer injustificadamente a CFE se violan los principios de libre competencia previstos en la Constitución mexicana.

  • Derechos ambientales. Se reclama que las modificaciones tienen una tendencia a favorecer energías sucias al eliminar incentivos fundamentales para el uso de energías limpias a los  que antes podían aspirar los participantes de la industria.

  • Actores políticos, internacionales y medios como The Economist han manifestado grandes preocupaciones por el proyecto energético de AMLO. Se aduce que dichas políticas además de ser ambientalmente regresionistas, merman la confianza de la inversión extranjera en el país, dificultan que México cumpla con sus obligaciones ambientales, debilitan el Estado de derecho, y terminarán por afectar económicamente a los usuarios finales.

Quien avisa no engaña. «La Corte actuará con independencia e imparcialidad. Nuestros fallos podrán gustar o no dependiendo de las coyunturas políticas. Pero nuestro único compromiso es, ha sido, y seguirá siendo, con la Constitución y con los DDHH», decretó el ministro presidente Arturo Zaldívar.

  • Sin embargo, destaca que a la fecha AMLO ha designado a casi la mitad de la SCJN. Tan solo el 4 de enero de 2022 la Ministra Loretta Ortiz Ahlf tomó protesta y se incorporó a la Segunda Sala y Pleno de la SCJN. Uniéndose a la lista de ministras y ministros designados por el actual presidente junto con Ríos Farjat, Alcántara Carrancá, y Esquivel Mossa. Hasta ahora, quien ha demostrado claro favoritísmo por la «4T» es Mossa, quien, además, preside la Primera Sala de la SCJN.

MARCOS SUÁREZ SIPMANN | RIBADESELLA

IV. Actores alternativos en Latam (IV): India

1053 palabras. 5 minutos de lectura. 8 fuentes.

Es noticia. India estrecha relaciones con América Latina recortando distancias con competidores como China, Japón y Corea. Deberá asimismo profundizar su relación con los organismos regionales y procesos de integración, solicitando ser observador. Su presencia se expande con la apertura de nuevas embajadas en República Dominicana y Paraguay. Ya en 2006, los dos países habían establecido sus misiones en Nueva Delhi.

  • Abrió el pasado 1 de enero su embajada en Santo Domingo, hasta ahora adscrita a la de La Habana. Completando la infraestructura diplomática se aspira a crear nuevas áreas de cooperación en la relación bilateral y convertir República Dominicana en  centro logístico para conectar con América Central.

  • También ultima detalles para establecer una sede independiente en Asunción. Hasta ahora la legación en Buenos Aires era la encargada de los asuntos con Paraguay. La paraguaya en el subcontinente se abrió en 2005. El intercambio comercial ha aumentado en el último quinquenio ascendiendo a $376M. India importa de Paraguay sobre todo aceite de soja. Exporta productos químicos orgánicos, piezas de automóviles, medicamentos, etc. El laboratorio Bharat Biotech donó vacunas contra el Covid-19 al Paraguay, en los momentos más críticos de la pandemia.

  • «India abre embajadas en Paraguay y Dominicana. Dos países claves en la #DisputaEEUUChina. Paraguay enclave de Taiwán. Dominicana comparte isla con Haití que reconoce a Taiwán. Tensiones India-China crecen. Afinidad India-EEUU también», señaló en redes el profesor Bernabé Malacalza. India se integra en el Quad junto a EEUU, Australia y Japón, un grupo informal de grandes democracias ocupado con China.

El fisgón histórico. Si bien eclipsado por el protagonismo chino, India cuenta en la región con mayores referencias socioculturales que Pekín. Uno se refiere a su diáspora: en la actualidad más de 1M de descendientes de migrantes  indios vive en el Caribe (Guayana, Surinam, Trinidad y Tobago). Con todo, la mayoría de los 1350M de habitantes del subcontinente ignora las diferencias entre los países del Caribe, a los que suele referirse con el término genérico de West Indies, que remite a la colonización británica.

  • Otro factor de interés relaciona a India y Brasil, que comparten en cierta medida el legado portugués. Lisboa detentó los derechos sobre varias posesiones costeras –Goa, Damán, Diu– y enclaves en el interior desde la época de Vasco da Gama hasta la independencia india en 1947. Ambos países han sido abanderados históricos de la cooperación sur-sur. Además de integrantes del Foro Trilateral IBSA (2003) y los BRICS (a partir de 2006).

Buena imagen. Aunque el nacionalismo hindú gobierna con Narendra Modi, India es una democracia, al contrario que China. Más allá de esto, el temor de Washington y Nueva Delhi ante el expansionismo de Pekín los convierte en aliados en Latam, región donde –es cierto– la amistad con EEUU no es precisamente una ventaja.

  • Conviene, sin embargo, fijarse en los aspectos económicos de la presencia de los gigantes asiáticos con Latam. Las exportaciones chinas –mucho más cuantiosas– están más diversificadas. La negativa percepción de Pekín como destructor del tejido industrial y empleos locales constituye un aliciente más para que India incremente su presencia en la región. El volumen de sus intercambios es todavía modesto. Brasil, Argentina, México y Chile, los socios más importantes.

  • Uno como otro compran commodities. La demanda del producto estrella, la soja, irá en aumento gracias a su versatilidad como alimento, pienso y origen de biocombustibles. Latam es clave para los dos. La diferencia: India presenta un perfil más energético; China, minero. La primera apuesta por la inversión privada, la segunda por acuerdos de compra a largo plazo a sus empresas públicas.

  • La inversión y los préstamos –de nuevo, mucho menores que los chinos– son mejor considerados. Por regla general Nueva Delhi ha venido actuando con mayor transparencia y como socio habituado a las prácticas latinoamericanas.

Productos socialmente valorados. Las exportaciones indias a Latam parten de su status como «la gran farmacia del planeta». India es el mayor proveedor de medicamentos genéricos a nivel mundial. Abastece más del 60% de la demanda mundial de vacunas. Hace algún tiempo que se viene alertando de la presión que sufre esa industria con el consiguiente perjuicio para el acceso a los medicamentos en los países en desarrollo.

  • En Colombia de las 741.000 motocicletas nuevas registradas el pasado año, 118.381 correspondieron a la marca india Bajaj, segunda solo por detrás de la japonesa Yamaha.

  • El grupo Tata, el mayor holding empresarial, cuenta con más de 20.000 trabajadores en América Latina. La tecnológica Tata Consultancy Services pertenece al grupo. Muy presente en Chile, lanzó recientemente el primer Centro de Gestión de Amenazas para la seguridad informática en América Latina en Querétaro, México. Trabajan con las universidades para resolver el desafío de la disponibilidad de talento.

El fenómeno Bollywood. La industria tiene más de 100 años de historia. El término Bollywood fue acuñado en los 70 cuando su cine superó al estadounidense. Pieza fundamental en la cultura del subcontinente hay que añadir a las filmaciones en hindi rodadas en Bombay muchas otras realizadas en otros lugares y lenguas del país: maratí, tamil, telugu, bengalí, canarés y malayalam.

  • Estrenada en 2017, «Enredados: La Confusión», fue la primera película estilo Bollywood hecha en Latinoamérica (Costa Rica). El pasado día 10 VIX la estrenó en su multiplataforma totalmente gratis y sin suscripción.

  • Zee Mundo trae el glamour de India a Latam desde 2017. Es un canal de televisión por suscripción internacional de origen indio que transmite películas de Bollywood en HD dobladas al español las 24 horas.

  • Las similitudes entre la cultura latina y la india explican el éxito de Bollywood en Latam: el valor de la familia, la unión, el esfuerzo en conjunto y las vicisitudes. El colorido, la alegría y el baile.

Un maharajá en La Guaira. Los intereses del hombre más rico de Asia, Mukesh Ambani, hombre fuerte del megaconglomerado indio Reliance Industries, llegan hasta Venezuela.

  • Hasta finales de 2020, ante su incapacidad de refinación propia –irónica y trágica a partes iguales– PDVSA dependió de los llamados diesel swaps: combustible refinado a cambio de remolcar crudo venezolano, triangulando con Reliance, además de la española Repsol e italiana Eni. Todo ello hasta que Trump redobló su presión sobre estas operaciones.

  • Desde entonces, Reliance ha procurado resumir los swaps arguyendo que paliará la crisis humanitaria que atraviesa el país. Un hombre de Biden durante su etapa como senador, Ankit Desai, lidera el cabildeo.

Reciba el boletín semanal íntegramente en su bandeja de entrada:

Se ha producido un error.